Visión de una política fuera de época.
Latino America vive hoy un
tiempo de esplendor. ¿Por qué digo esto? Bueno solo tenemos que ver de soslayo y sin afanes de adular a
nadie, algunos de los presidentes que en estos momentos gobiernan las naciones
del continente sur y centro americano.
No quiero en esta pequeña
intervención entrar en discusiones de perfiles políticos, ideológicos y demás
quehaceres, puesto que de eso la mayoría de nosotros está más que cansados, aburridos,
en buen dominicano “jartos”.
Pero al observar las prendas
que adornan a ese grupo de presidentes latinos, podemos notar que son personas
con una indiscutible solvencia de todo tipo y con una trayectoria de vida más
que pulida por las adversidades, mayormente impuestas por las potencias que
gobiernan el planeta hace algunos siglos. Por supuesto entendiéndose como
gobernar, aquellos que manejan los chelitos fruto del despojo realizado a las
mayorías subyugadas, una realidad heredada por su propia ignorancia, falta de
valía y la permanente incapacidad de conjuntarse. Pero a su vez estos recursos espurios
son utilizados para avasallar a todos aquellos que no hacen causa común y hasta
los que hacen causa, pues les pasan el rolo sin contemplaciones, cuando sus
pecaminosos intereses se ven en peligro.
El filtrado ideológico de los
nuevos actores políticos, resultado del entrecruce entre el fracaso, tanto de
un lado como del otro, acaecido en tiempo pasado reciente, periodo caracterizado
por la glaciación política-ideológica planetaria, por cierto, años que muchos
recordamos y que de un modo u otro estamos enterados. Período de realidades
inmundas, promotoras de crisoles que fueron sometidos a temperaturas y
presiones extremas, tratando de extinguir lo inextinguible, pero que al final
terminó por arrojar una cantera de hombres y mujeres que aprendieron a colarse
del mejor modo y de manera inevitable por los intersticios del desbarajuste
social, político, ideológico y económico en que vivimos.
Pero esta entrega es en
especial para llamar la atención a una parte de nuestra comunidad. Aquella a la
que poco le interesa la política y las ideologías y se da a la tarea de no darle
seguimiento a los acontecimientos fluidos, verificados en las tribunas
internacionales de los líderes globales. Una actitud generada y fruto del
hartazgo de ver, vivir, oír y volver a oír la misma m… por tantos años, lo que
al final ha dejado como secuela, oídos y ojos botos e insensibles, además de
espíritus cansados para enfrentar estos perpetuos acontecimientos estériles y crónicamente
repasados. Y lo peor de todo este
expediente es, la cosecha de cerebros endurecidos por la inopia.
Quiero dejar un marcador para
que en la medida de sus posibilidades, les den seguimiento a un sujeto muy
particular. Un personaje que sin dudas alguna esta marcando la historia con sus
intervenciones en todos los foros internacionales de trascendencia. Cada vez
que él interviene, deja un silencio sepulcral tanto en la sala, como en la
conciencia de todos aquellos que se atreven a escucharlo. Él se ha convertido
en la conciencia interna de todos, sus reflexiones no solo dejan un vacío,
marcado por la impotencia de los que lo comprenden, si no también en la risita
hueca de los que están más perdidos que el hijo de Lambert.
El hombre al que me refiero,
deja en cada intervención una entrega fruto de su vida como ser
extraordinariamente común, como la mayoría de nosotros, los que hacemos de la
vida todo un arte, para soportar tantas sandeces. Es el hombre que predica con
su propia vida y su diario actuar, dando lecciones de humildad, de sabiduría, y
con una comprensión aguda de la oferta y consecuencia obtenida de la opulencia social
en que vive arropada y abrumada la sociedad moderna.
Su reflexión sensata,
completa, compleja, visionaria, realista, vivamente humana y mesurada, es el resultado
emanado de una vida labrada en el profundo entendimiento del sufrimiento, y del
observar la incapacidad del humano como especie, de ser solidarios, concientes
y a su vez cómplices por omisión en la construcción de una realidad atroz,
sustentada en el sin sentido.
En cada intervención este
señor nos llama permanentemente a la reflexión por el dualismo primario en
nuestra vivencia personal y social, y más apuntada a los grupos de poder con
los que hoy se codea. Grupos supuestamente preocupados por la lastimera pobreza
de nuestras sociedades vs. la escandalosa opulencia de unas minorías
enquistadas, las que al salir de sus fastuosos recintos se involucran o más
bien de regodean en una vida de ostentaciones, desmanes, tragantonas,
bebentinas, y parrandas insaciables, exhibiendo los relojes más caros pero
inservibles para medir el tiempo en que vivimos y ataviados con los trajes de
moda, confeccionados por los mejores costureros, tales artistas del cine o del
antro. Viajando en limosinas y jets privados, escoltados con un millardo de
infelices para protegerlos del acercamiento de algún hambriento ciudadano.
Pero él en cada entrega presenta
esas duras realidades, las que nadie quiere escuchar, poniendo de manifiesto la
insensatez y la incoherencia en que viven los políticos y líderes de las
comunidades. Nos recuerda permanentemente que el tiempo del reloj planetario
sigue corriendo hacia el abismo y al mismísimo desfiladero sin retorno.
Nos enfrenta al problema que
causa el consumismo y el despilfarro de las clases sociales más pudientes o
arribistas, o los que tratan de justificarse en ser demócratas, o ilustres
vencedores y donde el señor dinero ese el mejor pasaporte. Pero en realidad estos
especímenes son seudos en todo el actuar de sus mediocres y huecas vidas,
además de estar invalidados para alcanzar la integridad y la ética, capaces de
traicionar los principios que lo formaron, para alcanzar los establos en que se
guarecen.
Me gustaría que pudiéramos
darle seguimiento a este personaje, y les sugiero que les observen las caras de
algunos de los participantes de los foros internacionales en los que interviene,
vemos en algunos ocultada la vergüenza en sus rostros y por otro lado advertimos
el descaro de las risitas desaprobatorias y burlonas de los insensatos.
No obstante habrá aquellos
que creen que las palabras del viejo son necias y otros le tildaran de chueco, idealista,
desfasado, chiflado. O tal vez inadecuado para el momento en que se discuten
algunos problemitas protocolares o poco delicado al estropear el momento de
aquellos ensalzados que pretenden que el público escuche sus altisonantes y no
menos fútiles exposiciones. Y no faltarán aquellos que murmuren, piensen o
embarguen el sentimiento, de que los temas del viejo les fastidia sus viajes de
turismo ejecutivo y de socialización con los socios de los clubes de personajes
VIP, pues al final, con sus entregas les esta legando una carga, un peso, una
mochila, una “maldita vaina”, esos temitas azarosos expuestos por el condenado hijo de su madre.
Pero lo mejor es que se lo
tienen que chupar aún no les guste, puesto que es un presidente y uno con
verdadera conciencia del rol que le toca vivir en este momento planetario e
histórico. Mientras otros muchos se quedan atónitos al verlo vivir en una granja
con casita de campo, y conservar como medio de transporte un VW escarabajo del 1987, y el mejor de los atavíos,
el de ser clasificado como el presidente más pobre del planeta.
Eso le debe dejarles un
extraño sabor en boca con olor agregado, tal vez el de algarrobo, a los que
tienen que pasar horas y horas en sus oficinas fruto de su incapacidad,
tratando de resolver los entuertos de sus partidos y países. Y lo peor de todo
para los insensatos es, que el viejito dona el 90% del salario que gana como
funcionario público, a la causa de mitigar la pobreza en su país…
Que lección de vida está
dejando este personaje a su terruño y al planeta, esperemos que en su patria, sus
ciudadanos logren copiar y exaltar tan digna investidura, y llenarse de gloria
y de la belleza humana que es lo que ostenta el Viejito Pepe Mujica. Un abrazo afectuoso hermano
de la vida, solo me queda quitarme el sombrero que por ciento pocas veces uso,
ante una figura de tanta trascendencia moral, espiritual y humana.
No quiero hacerte un homenaje
póstumo, quiero presentarte mis respetos ahora cuando aún tienes vida. Que la
felicidad perfecta te acompañe, porque se que a tu partida, iras ha enseñan a
otros lugares que es la verdadera humildad, la verdadera unificación con el ser
interior, con la verdadera autenticidad que solo puede arropar a un hombre de
tu talla.
Le has dado una visión
refrescante a la humanidad que te comprende, aunque la mayoría por su
mediocridad o inmadurez ni siquiera alcanzan o vislumbran tu entrega. Entregas
como: “Nada es peor que ser
ingenuos” o “El peor error cometido por
la política es haber abandonado la filosofía por la economía” o “Hay que defender la vida, que es un milagro” o talvez “No hay soluciones a la vuelta de la esquina” y la mejor de
todas “La política fracasó frente
a la ciencia, simplemente por nuestras pavadas”
Pero más lastimoso
es enterarse que no se le de la
cobertura por los medios de comunicación masiva, tanto locales como
internacionales, y que los comentaristas no dedican un mínimo esfuerzo en
divulgar, estas magistrales piezas de oratoria trascendentes y de categoría
universal, dedicándose máximamente a exponer las majaderías de los políticos de
turno o la de los desturnados.
Pero gracia de todos modos
Pepe, por que estas legando las líneas del real sendero a seguir para aquella
parte de la sociedad que creemos en que si se puede ser y vivir de ese modo, y por
servir de faro a los incapaces de entender el momento y más por las magistrales
huellas que dejas a tu paso, con forma de vida agregada.
Que se preparen a si mismos los sordos y
ciegos y a sus deudos y dependientes por añadidura, prepararse a vivir en la
barbarie y el vertedero que se esta construyendo y promoviendo, si es que no tomamos
las medidas y los correctivos de lugar que tu siempre señalas. La humanidad
llorará sobre tus palabras sabias, y solo dirán ¡Por que no le hicieron o le
hicimos caso, cuando nos lo señalaste y cuando aún estábamos a tiempo! Ese será el reclamo de los
sin nombre…
Y lo mejor de todo Pepe es,
que no te convertiremos en un santo, o en un cristo, o en maestro o gurú, y mucho menos haremos una
religión de tus enseñanzas…