Tal vez fue un escrito a destiempo, pero parece que hoy es el tiempo propicio para recordar la visión de años pasados, se que tomó tiempo para que se convirtiera en una realidad, pero nunca es tarde cuando la esperanza vive en el corazón...
DESGARRADO
¡Hoy, se me desgarra el corazón!
¡Hoy, se me abre un hueco tan profundo que pareciera no tener fin!
¡Hoy, se me desgarra la ilusión!
¡Ay de mi Patria querida!
¡Cuánta desazón!
¡Hoy, se me abre un hueco tan profundo que pareciera no tener fin!
¡Hoy, se me desgarra la ilusión!
¡Ay de mi Patria querida!
¡Cuánta desazón!
Yo que nací en
las fauces del Sátrapa, fruto de una generación formada en medio de la
polaridad ideológica más importante de la historia de la humanidad, teniendo
como cuna la mochila del guerrillero, teniendo como sábana su chamarra, también
como alimento su música y esperanza, y como aliento su convicción idealizada.
Hoy se me
desgarra el alma por todo el trabajo echado a perder, que revolcó como manga de
agua las vidas de los hombres y mujeres más valerosas y arrojadas, en un
sacrificio casi olvidado.
La esperanza que
fue pasado y futuro, hoy es lo que tenemos, ¡Dios! ¿Qué le hemos hecho a
nuestra Patria amada? Perdónanos Patria porque éramos los supuestos sanadores
de tus pústulas infestadas, agentes de la ventura que con nuestros
conocimientos intelectuales prometíamos sanar tus heridas con la vergüenza como
remedio. Pero hoy somos viejos incapaces y malolientes, no por los excrementos
vertidos en nuestros pantalones sino por los alojados en nuestros cerebros,
junto al putrefacto aliento de las carroñas engullidas.
¡Sí! Hoy me
duele, mi Patria porque de ser mi novia, mi confidente, mi compañera de vida,
te he convertido en mi prostituta, la que visto con mis mejores trajes de
opulencia con adornos de corrupción, te calzo con la mejor impudicia, y
flamantes interiores de concupiscencia desbordada.
¡Ay mi Patria
querida! ¿Qué he hecho de ti?, la incompetencia y vulgaridad son mis mejores
regalos y de oropeles te engalano, campeando la ignominia por la Mancha de un
Quijote lastimado, mancha que al parecer será siempre la misma tal como pecado
original manifestada. La mancha de ser una gran taberna, donde los filibusteros
y bucaneros reposan al regreso de sus desmanes, haciendo historias y contando
cuentos de sus barbaries y magnánimos desafueros, pero eso sí, siempre entre
tragos y mujerzuelas, riendo todos a carcajadas, pero por supuesto con los
mejores estofados, como lo hacen las hienas oportunistas ¡y lo peor de todo! a
costillas del ‘pueblo’ que se las paga, y este ‘pueblo’ donde algunos se
asquean, y muchos otro solo velan por las ventanas del siniestro
establecimiento, que más que un café es una gran cueva de ratas, lo hacen
esperando como perros hambrientos a que se les lancen los huesos sobrados; y
esto no queda ahí, están siempre al acecho esperando que se arme el despelote,
para recoger las sobras y embriagarse del perfume pestilente, esperando pronto,
la próxima parranda.
Si es que lo
entienden todos los cojuelos, a los hombres que se dice del blanco, que siempre
meten la pata, a los que se dice ser del rojo, a quienes les conocemos sus
secretos de maquillaje, que es solo barro para protegerse de los inmundos insectos
que sus podridos pantanos procrean, y a los de los espectros del lago, cobijados de
moradas lilas florecidas con adornos de estrellas, alusivas a las fracasadas
boinas barbudas, todos confabulados en las sombras de intelectuales experto en
el arte del forense y el descaro.
¡Por favor mi
gente! no se dejen deslumbrar por las luces del ¨Broduey¨ y del ¨Nuevayoll¨
despiadados, es solo el ojo de la bestia disfrazada, mejor enfoquen sus rosas
de los vientos al norte aislado, donde Montecristi dio luz a hombres cortos
pero con braguetas largas, capaces de cargarse cinco estrellas a punta de
machete y no de espadas lustradas. Pero ¡atención! el Máximo, honor no fue el
de sus sangrientas batallas, sino el de no haber cobrado peaje o compensaciones
adelantadas. Ese honor Máximo, que con vergüenza y pena lo lleva, el vecino
liberado, marcando en reloj viejo reconstruido, de pasado, dejando la memoria
máxima en su pueblo banilejo, y enterrado en el hastío.
¡Ahora entiendan
esto de manera clara y para siempre! No
necesitamos la sangre de los hijos de esta tierra para exorcizar los
truculentos males, ya que las muestras demuestran que cuando abonamos a la
madre con los fluidos corporales solo se revuelcan las tumbas de los infiernos
ancestrales pariendo de sus entrañas los engendros conocidos.
Solo es un
mensaje para el viajero del futuro de las galaxias pasajeras, para que él pueda
asimilar el reto; no permita que colinden jamás, la Máximo Gómez con la Ovando,
y al igual que no la intercepte con a la Kennedy y George Washington, más
elegante sería, Máximo Gómez con Luperón, cortando con Duarte en la cercanía, y
ampliando la 27, hasta hacer desaparecer La Churchill de su cercanía. Y
recuerden que no tenemos nada en contra de los nombres extranjeros, solo que
cada uno se coloca y usa en el lugar correcto, pero jamás aduciendo a la “lambonería”…
No se sorprendan
del todo, este tipo de náusea social se ha repetido en la historia como
carrusel de caballitos, y eso solo pasa en los pueblos ricos y violentos, donde
suman la inconsciencia de lo opulento, pero deben saber que los seres
conscientes de la barbarie y por cierto los más productivos de la comarca, una
vez se convirtieron en…
Monjes
mendicantes sometidos a los votos de mayor pobreza, pero arropados por los
principios de una moral atesorada en el hogar comunero, con una mística
espiritual a prueba de hogueras. De esta manera lograron cortar el suministro
de alimento al monstruo de mil cabezas, le cortaron el aliento hasta la caída
de la existencia de la bestia nefasta. También recuerden siempre que ésta
bestia alienígena retornó de la tumba, porque fue alimentada con la gran
manzana.