TODO PARECE SER, UN ASUNTO DE MODAS
Hace
ya un buen tiempo, tal vez algunos siglos, que una parte de la población que
habita en un globito que se encuentra flotando en la mismísima “nada”, se da a
la tarea de vivir al ritmo de “las modas”. Y cuyas prácticas se han convertido
en algo muy familiar para la comunidad supuestamente “humana”.
Este novedoso sistema descubierto por las hermanas “Envidia”,“Barbarie”
y “Rapiña”, prestigiosas damas a las que no se le ha dado un reconocimiento público
proporcionado, debido, claro está, ha que a nadie importante se le ha ocurrido
la brillante idea de otorgarles un Nobel póstumo a las magnánimas señoras, justificándolo,
por supuesto, por el grandioso aporte legado a la humanidad.
Este
grandioso legado histórico, trajo como consecuencia también, las no menos
famosas, “marcas de origen” o “Made in”. De las cuales podemos destacar en la tradición,
los “Made in” o “Hecho en”: Egipto, Mongolia, o en Otomanilla, y Grecia; como
también, lo Hecho en Roma, Hecho en España, Hecho en Francia; o talvez los, Hecho
en Inglaterra, Hecho en Alemania, Hecho en USA; o quizás los, Hecho en Japón, y
la más reciente de todas, los “Hecho en
China”.
Y
estos “Hechos en” marcan tendencias tan poderosas que hasta los apodos y aliases,
nombres y apellidos de las personas, arrastran las características de los
propulsores de las modas imperantes. Y esto lo pedemos ver hoy con marcada
preponderancia, en ciertas partes del globito, extrañamente en las que cuentan con
cuernos y golfos. Y además observamos un marcado interés por los países Moros,
y no porque sean exóticos más bien porque existe una “gentuza” tan
tradicionalista ella, que desde el tiempo de las caravanas de especias, y hasta
los tiempos más recientes como los del oro negro; son poblaciones que se niegan
a asumir las modas imperantes, como buenas y validas, pues no les embelesa
alinearse a las influencias extranjeras.
Es
por ello que, a los cabecillas arenosos de mal gusto y fuera de corriente, se
les están cambiando sus nombres, para actualizarlos en la nueva usanza china. Y
el apellido predilecto elegido por el magnánimo fue: LIMPIA´O. Si piensan que lo que digo es un juego, solo
tenemos que hacer memoria, y recordar unos cuantos eventos históricos. Veamos
pues si les suena familiar: Sadam Limpia´o, Gadafi Limpia´o, Osama Limpia´o,
Mohamed Limpia´o, y sabe Dios cuantos más engrosan la larga lista, de los que tienen
ya adjudicados sus nuevos apellidos chinos.
Pero
bien, así vamos, de siglos en siglos con la misma cantaleta, obscenidad, y cinismo,
pero en diferentes escenarios. Y a todos aquellos que no se acojan al mandato
de “la moda”, solo les toca un solo y único apellido, ¡el mismo!... y un solo
lugar, ¡el infierno!, porque por más que recen, no les toca ¡el cielo!, pues este
está reservado solo para los nobles. Ahora,
lo que si sabemos con certeza es que estas prácticas aseguran, que un grupo de
compadres se mantengan unidos en la crueldad, la opulencia sin límites y el
oprobio eterno.
¡Y por
que tanta algarabía! Dirían algunos, a quien le importa, estos “carajos” que se
encuentran metidos en medio del tránsito por donde pastorean los Elefantes, mastodontes
aquellos que con un poco de “coca” se alzan en franca estampida, y mientras, los
“carajitos” entremetidos simplemente quedan aplastados como “tostoncitos”
listos para ser pasados por una fritura de alquitrán. Y lo peor, todo esto
acontece con la complicidad de los Leones de las sabanas, congregados en
manadas, y en espera por los restos del festín de las odiseas.
Sí señores y señoras, próximamente se
avecina una tormenta de arena en el desierto del oro negro y otro muchachito
irreverente se le impondrá el apellido chino, y esto le pasará por tener un
nombre demasiado complicado de pronunciar, además por no haberse bajado
suficiente los pantalones, para asistir a una fiesta de trajes largos. Y la
falta más grave cometida por él fue, la de no querer saltar como “mono” para
vitorear las payasadas del Jefe, además de negarse a participar de los
degradantes bacanales propiciados por los estoicos Elefantes, y por si fuera
poco, su pecado mayor será, ¡olvidar chillar como cerdo al momento de ser perfectamente
empalado por el mismísimo Conde Drácula!...
Si
señores de nuevo simplemente seremos testigos silentes de una crónica
anunciada, y no hacemos “nada” porque flotamos en ella. Observemos de frente
los repugnantes actos ignominiosos, de las minorías enquistadas, fuertemente
apertrechadas con cilindros que vomitan fuegos salitrosos pestilentes a todos aquellos
que se les opongan. Seremos espectadores de actos ejecutados por jugadores con
maestrías y doctorados, jugadores tan diestros que alcanzan el canasto desde
media cancha, e insertan sus bolas “sin arrugas”. Y por supuesto, sin el más
mínimo sentimiento de culpas, aquel que se puede generar por el destrozo de la
vida de miles de criaturas indefensas que quedarán desvalidas y dañadas por los
ominosos actos de los fuegos artificiales. Pero… al final y en fin, esto queda perfectamente
justificado por las toneladas de oro fundido que corren y decoran las alfombras
por donde pasará, el glorioso ¡quien puede!
Las
justificaciones para los cambios de apellidos son verdades sustentadas en
mentiras bien ordenadas y defendidas por lo alto, por supuesto con discursos
magistrales y coherentes, pero con categoría de esgrima. Pero al final, solo
apuntan las conciernas a los lugares de interés donde se puedan repartir las
piñatas los grandes de la fiesta. Las exaltaciones parecerían ser legítimas,
pero en este momento me pregunto ¿Cuántos otros se encuentran en la hoya
hirviente, llena de cangrejos y grillos, y con candela atizada por no se sabe
quien? Pues hoy se reportan en los
medios, unos 15 terruños, disfrutando de un estado dantesco, entre los cuales
se encuentran: ¡Búsquenlo en San Google! y etc., etc., etc.…
Así, vivimos una realidad más que macabra, ¡no
vemos a ninguno de los compadres importarles la situación! de: latrocinio,
desmanes, asesinatos que en estos lugares se escenifican. Pues ha eso no se le
puede llamar “Violaciones a los derechos humanos”…son simples daños
colaterales. Bueno, para justificar eso…
primero hay que ser un humano, y de seguro que muy pocos logran, dicha
categoría…y por tanto, que todo se vaya al mismísimo cuerno… ¿será el de
África?