domingo, 20 de marzo de 2016
lunes, 7 de marzo de 2016
Fredy Nadal Castellanos: Tiempos de corrupción...
Fredy Nadal Castellanos: Tiempos de corrupción...: El tiempo social parece agolparse, apretarse, constreñirse, cada vez más en torno a su propia unidad de tiempo… parecería que el aumento d...
Fredy Nadal Castellanos: Tiempos de corrupción...
Fredy Nadal Castellanos: Tiempos de corrupción...: El tiempo social parece agolparse, apretarse, constreñirse, cada vez más en torno a su propia unidad de tiempo… parecería que el aumento d...
Tiempos de corrupción...
El tiempo social parece agolparse, apretarse, constreñirse,
cada vez más en torno a su propia unidad de tiempo… parecería que el aumento de
la frecuencia Schumann terrestre, influye sobre el tipo y tiempo humano, pero esto
en realidad todavía no lo sabemos con certeza, y debemos esperar el desenlace
final, para su constatación fidedigna… Hace muchos años atrás, escuche a un
sabio maestro decir, que en la medida que la frecuencia planetaria aumentara,
de igual modo aumentaría el desajuste en los seres humanos, y que serían incapaces
de asimilar esa realidad en sus organismos, por lo que sobrevendría la locura
colectiva.
También me hizo saber que, solo podrían soportar esos
efectos, -sin ser dañados-, aquellos seres que alcanzaran un cierto nivel de
consciencia… Un cierto nivel desarrollo
espiritual… Cultivo que los mantendría ecuánimes y sosegados, y entonces
apreciarían horrorizados, a todos los desaforados y dementes…
Al parecer, queda más marcada esa locura, en aquellos
cerebros que por su proceso evolutivo, se encuentran en las etapas más
primarias y esas etapas nada tiene que ver con educación escolarizada… Esa
realidad sospechada, nos deja un sentimiento de incertidumbre, pues ciertos
grupos pierden sus roles, sus valores, y sus responsabilidades para lo que son competentes.
Más sabiendo que la sociedad esta estratificada, y que las desigualdades y las
opulencias asumidas por los insensatos, -verdad que marca los dos polos
opuestos-, no solo denigra, si no que: enfurece, lastima, subleva, inquieta,
desorienta, envilece… Y por supuesto también enloquece.
Los principios en los que se sustenta la sociedad de hoy día,
desmiente la zapata que había sido construida en base a ladrillos superpuestos
por siglos, y parecen desmoronarse por el efecto de la humedad que corrompe sus
compuestos. A sabiendas que la humedad
es un elemento que se desarrolla desde lo más bajo y comienza a escalar, hasta
penetrar al complejo construido en todos sus niveles y se hace cargo del mismo
en su totalidad. Así la humedad corrompe, desmorona, debilita, putrefacta, y
promueve un reumatismo que cala hasta los huesos, e incapacita las articulaciones.
Ese estancamiento hace incapaz al organismo de restaurar los tejidos, y por
tanto, termina todo el entramado, tullido, en fin… invalidado para sus
funciones. Y aquellos elementos que en
el pasado lo hacía fluido y vital, ahora le vuelve inoperante.
Estamos frente a situaciones que realmente demandan
sobremanera la estructura del sentido común, pues todos aquellos viejos
ladrillos en los que se sustentaba la sociedad, aportados por miles de años de
sacrifico y esfuerzo colectivo, hoy, no parecen tener ningún valor para los
paradigmas enarbolados por los gestores del momento planetario. Parece que se
ha olvidado que la sociedad tiene como referente, “mirar lo de arriba”, y por
ello nuestros antepasados, miraban al Cielo, pues era el lugar del paraíso
terrenal, ofertado por todas las religiones terrícolas.
El Cielo era o tal vez sigue siendo el lugar de residencia
de los Dioses, lugar donde se cultivaba lo excelso, lo puro, lo prístino. Lugar
guardado para promover los valores, que la sociedad de abajo, debía emular y
perseguir para ser dignos de ser tomados en cuenta, para ser participes del
paraíso prometido… Por ello la sociedad veía a sus más elevados dirigentes,-
claro en el pasado remoto- como los hijos de los dioses encarnados… Y nos
preguntamos, ¿En el Cielo de los hombres de hoy, cuáles valores o que perfumes emanan
de los dirigentes y líderes de nuestros días…?
Ciertamente el tiempo de los Magos, los Chamanes, los Gurús,
los Cristo, los Budas, ha terminado y se le ha dado paso a tiempo de los
hombres, y a los hombres de abajo… por ello al parecer, no es posible
explicarse, que es lo que está sucediendo, ni parece poder encontrar la
sociedad, el camino recto… todo parece perdido y desolado. Pero lo que sí
parece acontecer es que en última instancia, estamos en el tiempo del
reciclaje, el de la descomposición fétida y nauseabunda, dialéctica equivalente
a los vertederos que creamos con nuestros desechos, producto de nuestro
consumismo díscolo y lo peor… No solo tenemos vertederos de desechos
materiales, allí tenemos los vertederos de desechos humanos…
Es el vivido reflejo de nuestra realidad y nuestra
incapacidad de ser solidarios, mientras más riquezas generamos, más díscolos somos,
y es la realidad que nos describe, y nos pone de manifiesto, cómo pensamos,
como vivimos y quienes somos en última instancia…
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