lunes, 7 de marzo de 2016

Fredy Nadal Castellanos: Tiempos de corrupción...

Fredy Nadal Castellanos: Tiempos de corrupción...: El tiempo social parece agolparse, apretarse, constreñirse, cada vez más en torno a su propia unidad de tiempo… parecería que el aumento d...

Fredy Nadal Castellanos: Tiempos de corrupción...

Fredy Nadal Castellanos: Tiempos de corrupción...: El tiempo social parece agolparse, apretarse, constreñirse, cada vez más en torno a su propia unidad de tiempo… parecería que el aumento d...

Tiempos de corrupción...

El tiempo social parece agolparse, apretarse, constreñirse, cada vez más en torno a su propia unidad de tiempo… parecería que el aumento de la frecuencia Schumann terrestre, influye sobre el tipo y tiempo humano, pero esto en realidad todavía no lo sabemos con certeza, y debemos esperar el desenlace final, para su constatación fidedigna… Hace muchos años atrás, escuche a un sabio maestro decir, que en la medida que la frecuencia planetaria aumentara, de igual modo aumentaría el desajuste en los seres humanos, y que serían incapaces de asimilar esa realidad en sus organismos, por lo que sobrevendría la locura colectiva.
También me hizo saber que, solo podrían soportar esos efectos, -sin ser dañados-, aquellos seres que alcanzaran un cierto nivel de consciencia…  Un cierto nivel desarrollo espiritual… Cultivo que los mantendría ecuánimes y sosegados, y entonces apreciarían horrorizados, a todos los desaforados y dementes…
Al parecer, queda más marcada esa locura, en aquellos cerebros que por su proceso evolutivo, se encuentran en las etapas más primarias y esas etapas nada tiene que ver con educación escolarizada… Esa realidad sospechada, nos deja un sentimiento de incertidumbre, pues ciertos grupos pierden sus roles, sus valores, y sus responsabilidades para lo que son competentes. Más sabiendo que la sociedad esta estratificada, y que las desigualdades y las opulencias asumidas por los insensatos, -verdad que marca los dos polos opuestos-, no solo denigra, si no que: enfurece, lastima, subleva, inquieta, desorienta, envilece… Y por supuesto también enloquece.
Los principios en los que se sustenta la sociedad de hoy día, desmiente la zapata que había sido construida en base a ladrillos superpuestos por siglos, y parecen desmoronarse por el efecto de la humedad que corrompe sus compuestos.  A sabiendas que la humedad es un elemento que se desarrolla desde lo más bajo y comienza a escalar, hasta penetrar al complejo construido en todos sus niveles y se hace cargo del mismo en su totalidad. Así la humedad corrompe, desmorona, debilita, putrefacta, y promueve un reumatismo que cala hasta los huesos, e incapacita las articulaciones. Ese estancamiento hace incapaz al organismo de restaurar los tejidos, y por tanto, termina todo el entramado, tullido, en fin… invalidado para sus funciones.  Y aquellos elementos que en el pasado lo hacía fluido y vital, ahora le vuelve inoperante.
Estamos frente a situaciones que realmente demandan sobremanera la estructura del sentido común, pues todos aquellos viejos ladrillos en los que se sustentaba la sociedad, aportados por miles de años de sacrifico y esfuerzo colectivo, hoy, no parecen tener ningún valor para los paradigmas enarbolados por los gestores del momento planetario. Parece que se ha olvidado que la sociedad tiene como referente, “mirar lo de arriba”, y por ello nuestros antepasados, miraban al Cielo, pues era el lugar del paraíso terrenal, ofertado por todas las religiones terrícolas.
El Cielo era o tal vez sigue siendo el lugar de residencia de los Dioses, lugar donde se cultivaba lo excelso, lo puro, lo prístino. Lugar guardado para promover los valores, que la sociedad de abajo, debía emular y perseguir para ser dignos de ser tomados en cuenta, para ser participes del paraíso prometido… Por ello la sociedad veía a sus más elevados dirigentes,- claro en el pasado remoto- como los hijos de los dioses encarnados… Y nos preguntamos, ¿En el Cielo de los hombres de hoy, cuáles valores o que perfumes emanan de los dirigentes y líderes de nuestros días…?
Ciertamente el tiempo de los Magos, los Chamanes, los Gurús, los Cristo, los Budas, ha terminado y se le ha dado paso a tiempo de los hombres, y a los hombres de abajo… por ello al parecer, no es posible explicarse, que es lo que está sucediendo, ni parece poder encontrar la sociedad, el camino recto… todo parece perdido y desolado. Pero lo que sí parece acontecer es que en última instancia, estamos en el tiempo del reciclaje, el de la descomposición fétida y nauseabunda, dialéctica equivalente a los vertederos que creamos con nuestros desechos, producto de nuestro consumismo díscolo y lo peor… No solo tenemos vertederos de desechos materiales, allí tenemos los vertederos de desechos humanos…

Es el vivido reflejo de nuestra realidad y nuestra incapacidad de ser solidarios, mientras más riquezas generamos, más díscolos somos, y es la realidad que nos describe, y nos pone de manifiesto, cómo pensamos, como vivimos y quienes somos en última instancia…