Hoy luego de amanecer y ponerme al día con los eventos noticiosos, se prendió
en mi mente un pensamiento: ¿Por qué el lenguaje de la intolerancia está
dominando el escenario de la política nacional e internacional, que a su vez
permea a la sociedad en general polarizándola y fraccionándola?, y en seguida
me pregunto: ¿O siempre ha sido de ese modo…?
Es una buena pregunta, pero ¿Qué
lo justifica…? En ciertos momentos del
pasado se pensó que un bajo nivel de educación generalizado y el limitado
alcance en las capacidades comunicativas y educativas, daba como fruto personas
fanáticas, sectarias, intransigentes y por ende con un lenguaje intolerante,
fruto de lo escaso y la mediocridad. Pero hoy vemos que no es la falta de
educación, como tampoco del alcance de las capacidades comunicativas que priman,
pues los actores y promotores actuales de la vida social y política, están más
que formados y educados y tienen a su disposición innumerables medios para
difundir ideas y aprender de otros, nuevas… entonces, ¿que los justifica en su
creciente intolerancia y su ilimitada capacidad de generar violencia?
¿Será que no reconocemos el
derecho de disentir?
¿Será que no respetamos ya los
pactos acordados con anterioridad, o es que ciertos pactos ya no representan a
los intereses de ciertos grupos?
¿O es que una minoría, en un
momento imponía esos pactos para la manipulación del sistema a su favor,
vendiendo la idea que provenía de la decisión de las mayorías?
¿Será que hoy no tenemos
discursos coherentes que logren convencer a todos de las supuestas verdades
expuestas y hay que imponerlas por medio de la violencia y el despotismo?
¿O es que no somos capaces de ver
la realidad, o simplemente no nos importa y no queremos verla más que desde nuestro
punto de vista, o mejor desde nuestros intereses particulares?
También pudiéramos decir que al
parecer el ser humano no ha cambiado en su forma de pensar y gestar y que todos
los siglos y tiempos son iguales para los políticos y los depredadores
sociales…
Parece que todo está vedado y que
no hay personas que expongan con claridad diáfana las realidades de las
poblaciones mundiales polarizadas y fraccionadas, o que no hay ideólogos,
pensadores, filósofos o economistas, frescos, que puedan concretar y explicar las
vivencias políticas y económicas del pasado, conjuntadas con los de la
actualidad y a partir de ello plantear una alterna. Parece que la falta de una
plataforma ideológica consistente, que con conocimiento de causa, logre
expresar la evolución de la sociedad y perfilar su política y economía para el nuevo
siglo. Y que estos tengan el suficiente peso que no genere violencia y la
intolerancia.
Sería una respuesta a las
cuestiones sobre el tapete. Pero puede ser que esas personas capaces existan
pero que no se les escucha o simplemente no se les da el espacio para que
pongan de manifiesto su saber. Como también que a esas mismas personas no les
importa seguir intentando ese tipo de ejecutoria, por el simple hecho de que es
el dinero lo único que marca la directriz de la sociedad cada vez más
materialista. Y sus plumas son vendidas al mejor postor…
La realidad es que luego del
derrumbe de los modelos económicos del siglo pasado, cuyos escenarios fueron
sustentados en dictaduras militares, disfrazadas y/o mantenidas como principios
sociales, que en realidad nunca lo fueron, tanto de un bando como del otro. Lo
que solo manifiesta la manipulación colectiva en las ventas de dichos modelos,
que simplemente se sustentaban en elites financieras y militares, otros en
políticos corruptos que sembraron la pobreza en las mayorías de los pueblos del
mundo y enriquecieron a una minoría de todos los bandos… Y todo fruto a la
represión, la mordaza, el terror, la explotación, la imposición, el robo y la
extracción que mantuvieron y mantienen sus sistemas bajo control, sumando a
ello las armas, los ladridos, las mordidas y los descuartizamientos.
Cuando la ideología, la
filosofía, la política, la economía, la educación y la planificación, no se
llevan de las manos, parece que lo único a lo que se puede echar la mano es a
la violencia, a la imposición, a la intolerancia y la manipulación colectiva.
Que vemos más vivo hoy por los medios de comunicación masiva, que logran también
imponer determinados puntos de vista y modelos de realidades compuestas por múltiples
factores, con el único fin de perpetuar a los grupos de poder detrás de las
cortinas.
Por otro lado tenemos al
populismo, el inmediatismo, tratando de resolver los entuertos creados por años
de exclusión, con una inmensa deuda social que pasa factura. Técnica que hoy
promueve y crea magos ilusionistas que venden sus trucos como soluciones a las
ingentes necesidades de las mayorías que sueñan, pero que no llegan a ver las realidades
detrás del telón. Las mayorías no comprenden que las ilusiones no pasan de ser ilusiones…
Se venden esas prerrogativas, se endeudan a las naciones y se genera una
degradación total de la sociedad, que no comprende que el crecimiento no es una
cifra bonita bien adornada en los papelitos públicos y que más tarde que
temprano se tendrá que pagar con la miseria de generaciones de esclavos y donde
solo enriquecen a minorías irresponsables y corruptas.
La falta de planificación,
coherente con las realidades económicas de los pueblos y los desarrollos de su infra
estructuras productivas, para que logren sustentar las inversiones pro
desarrollo, solo se convierte en un caldo de cultivo para más corrupción y
luego un desequilibrio que genera más tensión y desasosiego en las poblaciones
frustradas. Las que solo quieren ver que las ilusiones vendidas se conviertan
en realidades.
A las mayorías no les gusta que
se presente la cruda realidad, gustan de ficción e ilusionismos y por ello los
políticos se disfrazan de magos y crean los escenarios más bonitos para
granjearse el aplauso de su público y asegurar los votos necesarios para
perpetuarse en el poder. Pero cuando se
sale del recinto elegantemente preparado, se encuentran con la cruda realidad y
la desazón.
Soy de los que les gusta que
aunque duela, que me presenten la realidad y asumirla en consecuencia,
planificar como solucionarla y establecer las estrategias para lograr el
objetivo y las metas propuestas. Sabemos que es difícil la realidad, pero es
conveniente asumirla con responsabilidad para que al final todo sea más fácil
de llevar y manejar. De lo contrario se
tendrá que enfrentar lo ineludible que dicta esta realidad ya conocida por
muchos que no perdemos memoria social y reciclada por otros tantos.
Es hora de plantearse que se hará
para enfrentar la intolerancia, enfrentar a un mundo lleno de genios, de magos,
de profetas, de semidioses, que solo se escuchan a sí mismos, e ignoran o
intentan ignorar a todos aquellos que disienten de su verdad… Una verdad que se ha convertido en algo
escaso, pero común a la vez, todos la tienen, pero solo ellos las escuchan y
respetan, y si logran cierto nivel de poder las imponen por medio de todos con los
recursos disponibles del momento, más con los recursos del platillo preferido…
las arcas del pueblo. Y al final todo lo del pueblo se convierte en… todo para
mí.