miércoles, 15 de noviembre de 2017

¿Qué dice un sabio…?


Osho, pensador y maestro místico del siglo pasado, en un momento dijo: El poder sobre los demás es político y las personas interesadas en el poder sobre los demás son personas que tienen un profundo complejo de inferioridad… Siempre están comparándose con los demás y sintiéndose inferiores.
Quieren demostrar al mundo y a sí mismos que no es así y que son superiores. Todos los políticos padecen del complejo de inferioridad, por tanto necesitan de tratamiento psicológico. Son personas enfermas, y por culpa de estos enfermos, el mundo entero ha sufrido enormemente, más de cinco mil grandes guerras y contando…
No hay límites para quien persigue el poder sobre los demás, pues siempre hay gente que está fuera del alcance del poder y eso hace que se sientan aún más inferiores.
El poder personal pertenece al místico, que ha visto como se abre la flor de la conciencia y con ella expandir su fragancia, su amor, su compasión por todas partes. Es el poder sutil y no hay nada que pueda impedirlo…
Osho fue declarado por muchos medios y prominentes miembros de la sociedad occidental y oriental, como uno de los hombres más peligrosos del siglo XX, ¡y con razón!, pues desenmascaró a todos los líderes políticos, religiosos, financieros y militares, no solo su tiempo, si no de la historia de la humanidad. Les abrió los ojos a miles de personas, para ver y sentir la realidad de una manipulación enfermiza, desgarradora y maquiavélica, de estos sistemas podridos, que intentan a toda costa perpetuarse, haciendo vivir a la población en un mundo lleno de: miedo, terror, falsa seguridad, miseria y doble racero.
La realidad del mundo es que mientras los políticos se pelean… los pueblos se acotejan… y se siguen perpetrando todas estas mentiras, siguen los políticos, sirviéndose de la bandeja de la ignorancia, la esclavitud y la incapacidad de las mayorías de gestarse otras formas de vida y si lo intentaran, son aplastados por las oscuras comunidades de la fuerza y de las armas. No hay -por ahora- nada nuevo bajo el cielo del máximo creador, el que muchos utilizan para justificar sus tropelías, sembrando más miseria humana, indignación, prepotencia, abuso e intolerancia.
Hoy, el lenguaje de la intolerancia es el arma secreta, pues no importan los argumentos esgrimidos, no importa el rechazo generalizado manifestado, no importan las leyes pactadas, el poder es el poder y son los tienen la sartén por el mango. Ha sido así por toda la historia conocida por la humanidad, por supuesto basada en la represión. Algunos piensan que viven en democracia pero la realidad les golpea la frente y ¡de qué forma!, despiertan con el moratón en sus frentes, para descubrir que la democracia sigue siendo el mito mejor vendido, solo es permitido creerlo, pero jamás ponerlo en real práctica, más cuando se habla sobre la auto determinación de los pueblos. 
Eso dice mucho de nuestra supuesta evolución, mito vendido para la opresión, cotejada en los mismos escenarios, pero con diferentes actores tecnológicos, el mismo perfil y las mismas obras puesta en escena, solo que actualizadas sus vestimentas y sus escenografías.  Imperios que nacen, crecen, se desarrollan, enferman y mueren, pero sus reductos se coletean, para renacer nuevos desde las catatumbas, y los pueblos son incapaces de deshacer tanta maldad y oprobio…
Vemos que en la lucha por lograr los cambios requeridos por las poblaciones, lo que fue en un momento bueno, hoy deja de serlo, se lucha por cambios de modelos y esos mismos luchadores, que una vez lo auparon, reviven el pasado siniestro y frente a los que apoyaron en la lucha, al final son desechados. Toman el poder los supuestos luchadores, para convertirse en los tiranos, en los ladrones, en los perpetradores de un entuerto mayor, pero mejor legalizado por un sistema llenos de trampas y guillotinas.

Que triste la historia de los pueblos, historia de miedo, violencia, abuso, robo, iniquidad, mediocridad y complejos de inferioridad. Todo por aferrarse a un pasado muerto, petrificado, momificado… Pero el hombre libre de corazón lo entiende con claridad, pero la libertad cuesta caro, pues cuesta trabajo, cuesta responsabilidad, cuesta formarse en el criterio de la sabiduría y la liberación del ego enfermizo, y la carente personalidad.  Hasta cuesta la vida de los que se comprometen y que son abandonados por los cobardes, en la tarea. Y como todo cuesta tan caro, seguiremos siendo esclavos por toda la eternidad, pues no tomamos partido en búsqueda de la auténtica libertad…          

domingo, 8 de octubre de 2017

El lenguaje de la intolerancia y el curioso caso de la polarización.


  Hoy luego de amanecer y ponerme al día con los eventos noticiosos, se prendió en mi mente un pensamiento: ¿Por qué el lenguaje de la intolerancia está dominando el escenario de la política nacional e internacional, que a su vez permea a la sociedad en general polarizándola y fraccionándola?, y en seguida me pregunto: ¿O siempre ha sido de ese modo…?
Es una buena pregunta, pero ¿Qué lo justifica…?  En ciertos momentos del pasado se pensó que un bajo nivel de educación generalizado y el limitado alcance en las capacidades comunicativas y educativas, daba como fruto personas fanáticas, sectarias, intransigentes y por ende con un lenguaje intolerante, fruto de lo escaso y la mediocridad. Pero hoy vemos que no es la falta de educación, como tampoco del alcance de las capacidades comunicativas que priman, pues los actores y promotores actuales de la vida social y política, están más que formados y educados y tienen a su disposición innumerables medios para difundir ideas y aprender de otros, nuevas… entonces, ¿que los justifica en su creciente intolerancia y su ilimitada capacidad de generar violencia?
¿Será que no reconocemos el derecho de disentir?
¿Será que no respetamos ya los pactos acordados con anterioridad, o es que ciertos pactos ya no representan a los intereses de ciertos grupos?
¿O es que una minoría, en un momento imponía esos pactos para la manipulación del sistema a su favor, vendiendo la idea que provenía de la decisión de las mayorías?
¿Será que hoy no tenemos discursos coherentes que logren convencer a todos de las supuestas verdades expuestas y hay que imponerlas por medio de la violencia y el despotismo?
¿O es que no somos capaces de ver la realidad, o simplemente no nos importa y no queremos verla más que desde nuestro punto de vista, o mejor desde nuestros intereses particulares?
También pudiéramos decir que al parecer el ser humano no ha cambiado en su forma de pensar y gestar y que todos los siglos y tiempos son iguales para los políticos y los depredadores sociales…
Parece que todo está vedado y que no hay personas que expongan con claridad diáfana las realidades de las poblaciones mundiales polarizadas y fraccionadas, o que no hay ideólogos, pensadores, filósofos o economistas, frescos, que puedan concretar y explicar las vivencias políticas y económicas del pasado, conjuntadas con los de la actualidad y a partir de ello plantear una alterna. Parece que la falta de una plataforma ideológica consistente, que con conocimiento de causa, logre expresar la evolución de la sociedad y perfilar su política y economía para el nuevo siglo. Y que estos tengan el suficiente peso que no genere violencia y la intolerancia.
Sería una respuesta a las cuestiones sobre el tapete. Pero puede ser que esas personas capaces existan pero que no se les escucha o simplemente no se les da el espacio para que pongan de manifiesto su saber. Como también que a esas mismas personas no les importa seguir intentando ese tipo de ejecutoria, por el simple hecho de que es el dinero lo único que marca la directriz de la sociedad cada vez más materialista. Y sus plumas son vendidas al mejor postor…
La realidad es que luego del derrumbe de los modelos económicos del siglo pasado, cuyos escenarios fueron sustentados en dictaduras militares, disfrazadas y/o mantenidas como principios sociales, que en realidad nunca lo fueron, tanto de un bando como del otro. Lo que solo manifiesta la manipulación colectiva en las ventas de dichos modelos, que simplemente se sustentaban en elites financieras y militares, otros en políticos corruptos que sembraron la pobreza en las mayorías de los pueblos del mundo y enriquecieron a una minoría de todos los bandos… Y todo fruto a la represión, la mordaza, el terror, la explotación, la imposición, el robo y la extracción que mantuvieron y mantienen sus sistemas bajo control, sumando a ello las armas, los ladridos, las mordidas y los descuartizamientos.
Cuando la ideología, la filosofía, la política, la economía, la educación y la planificación, no se llevan de las manos, parece que lo único a lo que se puede echar la mano es a la violencia, a la imposición, a la intolerancia y la manipulación colectiva. Que vemos más vivo hoy por los medios de comunicación masiva, que logran también imponer determinados puntos de vista y modelos de realidades compuestas por múltiples factores, con el único fin de perpetuar a los grupos de poder detrás de las cortinas.
Por otro lado tenemos al populismo, el inmediatismo, tratando de resolver los entuertos creados por años de exclusión, con una inmensa deuda social que pasa factura. Técnica que hoy promueve y crea magos ilusionistas que venden sus trucos como soluciones a las ingentes necesidades de las mayorías que sueñan, pero que no llegan a ver las realidades detrás del telón. Las mayorías no comprenden que las ilusiones no pasan de ser ilusiones… Se venden esas prerrogativas, se endeudan a las naciones y se genera una degradación total de la sociedad, que no comprende que el crecimiento no es una cifra bonita bien adornada en los papelitos públicos y que más tarde que temprano se tendrá que pagar con la miseria de generaciones de esclavos y donde solo enriquecen a minorías irresponsables y corruptas.
La falta de planificación, coherente con las realidades económicas de los pueblos y los desarrollos de su infra estructuras productivas, para que logren sustentar las inversiones pro desarrollo, solo se convierte en un caldo de cultivo para más corrupción y luego un desequilibrio que genera más tensión y desasosiego en las poblaciones frustradas. Las que solo quieren ver que las ilusiones vendidas se conviertan en realidades.
A las mayorías no les gusta que se presente la cruda realidad, gustan de ficción e ilusionismos y por ello los políticos se disfrazan de magos y crean los escenarios más bonitos para granjearse el aplauso de su público y asegurar los votos necesarios para perpetuarse en el poder.  Pero cuando se sale del recinto elegantemente preparado, se encuentran con la cruda realidad y la desazón.
Soy de los que les gusta que aunque duela, que me presenten la realidad y asumirla en consecuencia, planificar como solucionarla y establecer las estrategias para lograr el objetivo y las metas propuestas. Sabemos que es difícil la realidad, pero es conveniente asumirla con responsabilidad para que al final todo sea más fácil de llevar y manejar.  De lo contrario se tendrá que enfrentar lo ineludible que dicta esta realidad ya conocida por muchos que no perdemos memoria social y reciclada por otros tantos.
Es hora de plantearse que se hará para enfrentar la intolerancia, enfrentar a un mundo lleno de genios, de magos, de profetas, de semidioses, que solo se escuchan a sí mismos, e ignoran o intentan ignorar a todos aquellos que disienten de su verdad…  Una verdad que se ha convertido en algo escaso, pero común a la vez, todos la tienen, pero solo ellos las escuchan y respetan, y si logran cierto nivel de poder las imponen por medio de todos con los recursos disponibles del momento, más con los recursos del platillo preferido… las arcas del pueblo. Y al final todo lo del pueblo se convierte en… todo para mí.


lunes, 31 de julio de 2017

Sabiduría, Benevolencia, Coraje y Valor…

La cultura japonesa, forja desde el siglo X  hasta el siglo XVII, -más o menos-, un código llamado “Bushido”, vocablo que significa, “El camino del guerrero”. Por su parte los chinos, mucho antes, le conocían como el “Kung Fu”. Una parte de ésta sociedad - la japonesa-  desde el siglo VI, adopto la filosofía de vida budista, llamada por ellos “ZEN”, una filosofía también heredada de los chinos, que lo conocían como budismo “Chan”.  La que era y sigue siendo una filosofía cargada de valores y principios, que enseñaban a sus seguidores a buscar la iluminación, a través de la meditación, para lograr una armonía, cuerpo -mente -espíritu.
En sus prácticas se trataba de tener concretado, todo un legado de sabiduría, con pensamientos precisos, y en pocas palabras.  Tal como algunos otros grupos del taoísmo, que recibieron las máximas del viejo texto llamado “Tao te King”, al que nos hemos referido en múltiples  ocasiones.
Esta sociedad, a la que hoy nos referimos, escribió sus propias máximas. Y una de las que alcanzó mayor relevancia fue: “Sabiduría, Benevolencia, Coraje y Valor”.  Cuando vemos estas palabras por separado, tienen otra dinámica, más  para el común de los mortales, pero para los grupos de guerreros llamados  “Samuráis”, se trataba de algo de trascendencia singular.
Vamos pues a tratar de dilucidar los intríngulis que esta máxima contenía, para que pudiera marcar de manera tan particular, la realidad vivida por estos personajes de la historia. Trataremos de ver, cuánto podría significar estos cuatro simples vocablos.
Comencemos por “Sabiduría”: Se puede conceptualizar como prudencia, como también buena instrucción, pero otros lo llevaban a una mayor dimensión, cuando la describían como algo proveniente del conocimiento divino.
Llegar a ser sabio era, poseer todo conocimiento que representaba  la sapiencia de la comprensión de los dioses. Puesto que la instrucción como legado, debería ser capaz de transformar la vida del ser humano.  Y esto se lograría a través de la meditación,  que con una ardua autodisciplina, se escalaba a los reinos del conocimiento universal, pero aquí en la tierra…
Se decía que, la información primero transformaba la vida de los seres humanos, donde se trataba primero de profundizar en la conciencia humana, para más adelante alcanzar la conciencia universal o sabiduría divina total. Esta conciencia, nos da el poder del entendimiento de las causas, razones y objetivos para lo que fuimos conformados. Claro, no solo para su vida personal, que es la primera etapa, sino para la conciencia social que es la segunda etapa, razón por y para la cual se recibía ese don.
Es por ello que este grupo de guerreros,  emprendió la gran transformación de la civilización japonesa, la que en los anteriores  siglos estaba en franco barbarismo. Y con un esfuerzo descomunal, lograron una sociedad con niveles de sofisticación pocas veces vista en la historia de la humanidad. Y hasta hoy su legado quedó impreso en el código genético de los ciudadanos nipones. Pero al llegar el siglo XVIII - XIX el nuevo emperador optó por permear la tradición de los Samuráis, con las nuevas tendencias occidentales, lo que terminó por llevar al imperio japonés a la ruina total, durante la segunda guerra mundial.
Prosiguiendo con las conceptualizaciones, sabiduría se pudiera definir como conocimiento amplio y profundo, que de adquiere mediante el estudio y la experiencia. También como la facultad de las personas actuar con sensatez, prudencia y acierto.  Se habla también de que es un carácter, que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en la experiencia propia, la que da mayor entendimiento y capacidad para reflexionar, sacar conclusiones y da el discernimiento de lo que es ético y moral. Por otro lado nos da referencia de memoria a largo plazo, algo que se experimenta con la suficiente intensidad y frecuencia, como para que no se borre del recuerdo humano,  en su proceso para la supervivencia social…
Pasemos al segundo vocablo “Benevolencia”, el que se traduce como simpatía, buena voluntad hacia otros, también como una cualidad, una propiedad de la persona que es comprensiva y tolerante, a veces indulgente. Esta cualidad se demuestra en sociedad, que te dice que se es bueno con los que se convive. Un sentimiento que dicta que las acciones se deben tomar en beneficios de los demás. Esto se nos hace contradictorio cuando se habla de un guerrero, que se hizo reconocer por su potestad de cortar cabezas, puesto que los samuráis eran diestros en el uso de las espadas. Pero la pregunta a seguir es ¿A quién les cortaban las cabezas?... En sus inicios estos guerreros se hicieron populares porque defendían al pueblo de los abusadores y ladrones que asolaban la comarca.
Pero de la filosofía budista, aprendieron que deberían ser benévolos con los ignorantes, con los menos dotados, de que no era un pecado ser torpes, brutos, o incultos. Pero si lo era, ser inmoral, ladrón y  desvergonzado. Pues ésta es una condición lesiva y nefasta para la sociedad, además de que no requería instrucción especial, para ser honestos y correctos...
Entonces limpiar las lacras sociales más perversas, era una necesidad, para forjar una sociedad y cultura de trabajo, honestidad, moralidad y respeto común. Esto sin dudas costó muchas vidas, pero algo interesante sucedió… se erradicó “el gen del ladrón” de su sociedad, se devolvió la moralidad ciudadana a niveles sin prescindentes vistos  en esa nación y en el mundo, hasta la fecha.
Ser comprensivos e indulgentes con los ignorantes, no representó ser permisivos con los delincuentes y promotores del desafuero social. Entendían que la ignorancia, la faltas de cultura, de higiene, de trabajo y demás adornos sociales, debían ser enseñados desde pequeños y que el respeto a las normas éticas y morales establecidas por la consciencia divina, y no deberían ser violadas, de lo contrario se debía pagar el precio de ser reciclados bajo la creencia en que el karma pesaba y debía ser purificado con acciones correctas y saludables, para que la sociedad pudiera vivir en armonía, paz, prosperidad y solidaridad.
Coraje y Valor… De inicio pareciera ser lo mismo, pero en realidad son conceptos diferente. El coraje representa al guerrero por su valentía  por luchar por esa virtud humana, esa fuerza de voluntad para poder lograr lo que proponía por convicción clara e inquebrantable, el que se sobrepone  a los impedimentos y sabotajes. Se persevera en la acción hasta que se realiza la acción iniciada.
Era una acción decidida, apasionada, convencida de que se lograría el objetivo. Y no se podía desfallecer puesto que la sabiduría divina apodera al hombre de bien, de esa fuerza interna, o por lo menos eso se suponía…
La propuesta, primaria el ser se transformaría a sí mismo, para luego transformar su realidad social, manifestando su entrega máxima. No corromperse en el proceso era el logro, ya que el corrupto pierde la conciencia legada por los divinos, y lo hace indigno, por su debilidad manifiesta.
Esto no puede ser aplicado por los hombres que no tienen claro su verdad. Aquellos que dudan de sí mismos, de su valía, aquellos que permanentemente dudan de que sea posible lograr eso que dicta la conciencia divina. Dictaban que por esa falta de coraje es que las sociedades y sus integrantes se corrompen. Y se ve cómo se desmorona el entramado social para ser reciclado en su totalidad en una espiral sin fin. Cuando esa conciencia social se corrompe y pierde su norte, termina en el estercolero de la historia, como han terminado todos los imperios corruptos propiciados por el hombre durante su historia como civilización.
Haciendo un análisis de la realidad, por dura que parezca, parecen tener razón en este capítulo. Los padres fundadores de los países, lo son porque fundamentaron sus legados en aquello que los comunitarios entendían como bueno para ellos  y acogen esos principios y valores, pues la sociedad mayoritariamente sana, los anhela.
Por otro lado el valor representa otro acápite que colinda con el anterior, pero el valor en este caso representa los principios fundamentales de la sociedad, los cuales son perseguidos por toda la eternidad. El valor enseña a todos, esos principios que nos hacen reconocer como seres buenos, como seres civilizados, como criaturas legadas por la divina creación, de acuerdo con los antiguos. Puesto que para ellos la creación era divina, inmaculada, impoluta, sin manchas. Claro, era una forma de idealizar lo que está fuera del alcance del ser común, y esos acápites son manipulados por los falsos profetas, tal como lo han manifestado públicamente los grandes maestros espirituales de todos los tiempos y todas las culturas.
Así podemos ver que esos guerreros del bushido, lograron con cuatro vocablos elementales, concretar todo un legado histórico para su humanidad, en una simple pero valiosa máxima samurái. Que al ser simple, la recitaban y llevaban al guerrero a reconocer cuales eran los principios fundamentales por los que se comprometían con todo su ser. Allí no había dudas, flaquezas, debilidades, el corazón estaba henchido permanentemente, pues sus máximas eran fáciles de recordar, era fácil de meditar en torno a esos cuatro simples vocablos. Era un principio tan elemental como la devoción del perro con su amo, allí no existen circunstancias, atenuantes, ni traiciones, solo existe la vía de la lealtad y entrega de todo el ser, a una realidad ineludible.

Por supuesto, no es que queremos hacer una apología a las culturas ancestrales, donde quedaron marcas por la violencia y latrocinio,  pero lo que si podemos sacar como conclusión es que la filosofía, la ideología, la moral y la ética, siguen siendo las herramientas fundamentales para la transformación humana, pero que ha quedado relegadas, frente a los valores de la riqueza y el poder, la opulencia y demás gatos barcinos escondidos en las psique humana, y que en pocos momento de la historia, han logrado superar las adversidades que viven sus propias civilizaciones.  

miércoles, 5 de abril de 2017

LA CAJA DE PANDORA


Justo en  estos momentos, muchos pensamos que estamos viviendo tiempos complejos y ciertamente lo son. Pero si reflexionamos un poco, nos podremos dar cuenta de lo que se nos viene encima. Una inmensa sombra de una “Torre de Babel”, se cierne sobre los seres incapaces de entenderse unos con los otros, pero lo peor es, que muchos seres no se entienden a sí mismos... Tal relato bíblico que dio origen a dicha fabula, la que parece reciclarse en los anales de la historia.
¿Cómo analizarlo?  Bueno, el solo hecho de pensar que los perpetradores que gestaron este monstruo, el que inicia su ingesta con cerebros humanos desvalidos y primarios, les pone de manifiesto. Son tan ignaros dichos promotores, que no tienen ni la remota idea de que puede acontecer en un futuro cercano, más cuando la misma bestia alcance la madurez… Todo fruto de prácticas implementadas sobre la base de una ignorancia cultivada y una pasmosa falta de formación integral, que dispersa sus sombras en la construcción de un estado, país, nación, civilización.
Los griegos, nominaron a esto que vivimos como: “El destape de la caja de Pandora”. Mítico recipiente que contenía los males que aquejarían a la humanidad. Y parte de esos males ocultos en dicho recipiente, fueron  posteriormente liberados por la curiosidad de la ignorancia. Más tarde esos males fueron puestos sobre el relieve social, por el conocido monje Evagrio Póntico. El los nominó como: “Los ocho vicios malvados”. Los que se conocen hoy como pecados, y son: la lujuria, la avaricia, la ira, la tristeza, la acedia, la vanagloria, la soberbia y la gula. Cada término de estos tiene suficiente esencia para escribir todo un gran libro. ¿Acaso nos son conocidos…? Bueno, los perpetradores, en su doble rasero, los disfrazan de otras formas y con diversos apelativos modernizados, para no incurrir en un insulto, y enfrentar el Concordato…
Cuando estos vicios se desatan y se esparcen sobre la humanidad, se declaran como una plaga difícil de controlar,- los organismos internacionales de la salud lo declararían una pandemia-, y que corrompen la parte más débil de ser humano… su mente. Aquellos hombres y mujeres incapaces de interpretar la realidad última, -gracias a su educación formal-, quedan sus mentes desbordadas, sus voluntades diezmadas, y se cae  en el sendero de “la barbarie” lugar donde no existen ya, principios ni valores.
Y todo esto gracias a nuestros geniales líderes políticos, los que con sus acciones desaforadas han despertado en los hombres, sus lados más oscuros. Así se desatan otros males, de la dichosa caja, tal vez más pecaminosos que los anteriores. Los que conocemos como: el robo, la violencia, la opulencia, el desenfreno, la corrupción, la demagogia, el oportunismo, la desvergüenza, la indolencia, el abuso, el cohecho, las guerras…
Cuando se siembra en los corazones de las poblaciones menos dotadas, estos vicios, sumados a los anteriores; la población será incapaz de contener la avalancha que desata las oleadas de estos males destructivos. Pues carcomerán  las almas de los débiles, hasta el tuétano, y los llevará sin remedio a las puertas de Dante.
No tener observancia en lo que se van a convertir los seres menos dotados, con sus actos de hoy-mañana, son el síntoma del infantilismo e incapacidad de los seudo-líderes, los que arrastran al desfiladero a las masas desbordadas, y que tendrán que enfrentar lo que es inevitable e irremediable. Y estos dirigentes fueran conscientes de sus actos, entonces sería peor de lo imaginado pues, estaríamos frente a los emisarios del mismísimo Belcebú…
Frente a esto, habrá muchos que acusarán a sus padres por su laxitud, otros acusarán a la sociedad por sus injusticias, la mayoría lamentará la vivencia, sin siquiera comprender el cómo se pudo llegar a tal situación… La realidad es que vamos montados en un ferrocarril en el cual su conductor está narcotizado y que piensa que la velocidad de la máquina es, “pura percepción”, pero cuando se enfrente a los territorios sinuosos, el bacanal, el jolgorio, y el ruido interno, no le permitirá ver con claridad los actos que deben ser asumidos para evitar la inminente catástrofe.  Todo esto no es el presagio de un pájaro de mal agüero, es simplemente el recuerdo de una historia retorcida, revivida, pero aumentada en una realidad virtual en 3D.
Que tenga oídos, el que pueda escuchar, que tenga ojos, el que pueda ver, que tenga palabras, el que pueda hablar, que tenga sentido común, el que aún no haya sido dañado… Para poder sobreponerse a esta realidad que nos sobreviene y nos abruma, tendrá el hombre que regresar al templo, purgar su mente, liberarse del asedio, siendo un mendicante centrado en su pensamiento, centrando su pensamiento en su mente, centrando su mente en la conciencia, centrando la conciencia en la fuerza universal que nos gestó como criaturas pensantes.

Aquella fuerza universal que recogió los males, y los confinó en la oscuridad en una caja misteriosa, enterrándola en las profundidades de la tierra, evitando a toda costa que se escaparan por las hendijas. Ya que fueron enterrarlas en las profundidades tal como la madre tierra enterró en sus entrañas, lo que hoy conocemos como petróleo. Millones de años en su infatigable labor, para liberar a la atmosfera los pestilentes gases que hacían que el planeta fuera inviable para una vida sana y próspera. Pero los desaprensivos ególatras frotaron la lámpara y liberaron al genio nefasto, así desataron los insidiosos males de… La caja de Pandora.  

miércoles, 1 de marzo de 2017

SOCIEDAD Y REALIDAD



Cuantas hermosas e inspiradoras piezas de oratoria hemos presenciado en el transcurso de nuestras vidas ciudadanas… Cuantas hermosas e inspiradoras piezas de retórica política, donde impolutos hombres, se elevan sobre los demás…
Pero la realidad de la conducta social,  en especial, la de grupos minoritarios, marcada por la arrogancia, la corrupción, las ansias de riquezas desmedidas logradas en tiempos récord, nos dan otra señal…  Claro, vista de reojo, por cualquiera que haya trabajado toda su vida hasta haber dejado su salud y pellejo, para alcanzar apenas lo suficiente para vivir dignamente – cotejo discrecional para el momento- contrastando con las habilidades de las nuevas generaciones, que dejan minúsculo a cualquier Titan del pasado, los que se sienten desvalidos, mediocres, enanos, frente a la sabiduría de los nuevos protagonistas del entramado y enmarañado tejido social.
Y es tiempo de preguntarse, ¿Dónde y cuándo nace en una sociedad, estos afanes de opulencia, descaro, desenfreno, y arrogancia, que hoy exhibimos…? También nos preguntamos ¿Acaso los hijos no aprenden de las acciones de sus padres y de su sociedad, como del pasado historio legado a la humanidad?
El viejo taoísta Lao Tse decía, 600 años antes de Cristo: “La gente estará  hambrienta cuando el gobernante consume demasiados tributos. Por esto se hace difícil gobernar a las gentes,  cuando el que manda le apetece más de lo necesario.”  Nos recordaba en otro pasaje: “Cuantas más órdenes y leyes sean promulgadas, habrá tantos más ladrones y salteadores para violarlas.” Leíamos en otros textos “Suprime la habilidad, abandona las ambiciones y desaparecerán los ladrones y los bandidos. “Poner mucha estimación en las cosas cuya posesión se hace difícil, es causa de que el pueblo se convierta en ladrón. Y cuando sale a la luz la sagacidad y la astucia, entonces se da a conocer la gran hipocresía.”
¿Qué pasaba por la mente de este viejo? Su sabiduría brotaba de la observación de lo sencillo, lo que salía del pellejo del pueblo, y la codicia de los funcionarios. Entonces… ¿Quiénes ha llevado a nuestros pueblos a esta locura,  violencia, desmán, e  inmoralidad…? ¿O es acaso el espejo de los que tienen vista y exposición pública, lo que determina la conducta de las mayorías?  
Los pueblos se resisten a las leyes, cuando existe la impunidad e iniquidad, los pueblos se vuelven violentos, cuando sus funcionarios son arrogantes, el pueblo se vuelve ladrón, cuando sus funcionarios son opulentos, el pueblo se hace terrorista cuando sus funcionarios son déspotas, el pueblo se hace inmoral cuando sus funcionarios son corruptos…
Y esta es nuestra realidad y querer ocultarla bajo discursos y presentaciones de cifras que solo satisface a minorías y al papel que lo aguanta todo, dejando atrás a una población que cada vez más, ve más  lejos la realidad que ha esperado por años, siglos, y milenio... Y el maestro Jesús nos dijo “Surgirán muchos falsos profetas y extraviarán a mucha gente. Al crecer la iniquidad se enfría el amor de muchos seres humanos…”
Pero todos estos bellos pasajes de la historia, solo son suficientes para llenar con tinta los papeles mojados por las lágrimas de los desposeídos, que ven y observan, con ojos desorbitados, la vida de los del “poder”…, -si es que lo alcanzan a verlo por su eterna ignorancia y su incapacidad de hacer causa común- y cómo la argucia es riqueza, y la corrupción y opulencia es la visa de paso a los altares de los templos de sus paladines, el pueblo sigue siendo el pueblo, los come…  El pueblo -como siempre- ve a la distancia aquellos que se vendieron como sus caballeros de la justicia y equidad. Pero atónitos, los ven convertirse en los actores que dejan boquiabiertos hasta los reyes medievales que aún gobiernan en el antiguo continente… ¿Por qué? Pues simplemente ven como un embajador de una isla del tercer mundo recibe emolumentos superiores al Príncipe -de la no menos envidiable- Madre Patria, y superior a lo recibido por el canciller de la locomotora de la economía del viejo continente, o más que lo que recibe el primer ministro de la mancomunidad británica…
Pero esto lo saben a la perfección los ilustrados, -por demás-, pero sus falsos principios y valores superan cualquier consciencia maquiavélica que se pueda manifestar. Todo ha llegado al lindero del foso profundo, se ha perdido cualquier atisbo de humanidad, el ego ha carcomido la carne, como el comején se hace cargo de hacer polvo, la vivienda sagrada del alma humana.
Pena y angustia; desespero y desaliento; nerviosismo y desasosiego; irregularidad en las corrientes pránicas; estos son los signos y los resultados de esos obstáculos que genera el ego enfermo, faltos de claridad… (Pasaje de Patanjali, en la india en el siglo X).  No solo esto, lidiará el propiciador, también el propiciado. Es una estela que dejan atrás los cometas que pasan por el firmamento, esparciendo su cortina de augurios y presagios fantasmales, a toda la humanidad. La envoltura de la conciencia que guarda la ira, la lujuria, la gula, y atropella la mente con el orgullo, la envidia y la avaricia.
Visto de primera mano el Buda Gautama Sakyamuni, una vez dijo: ¿De qué sirve vestirse con pieles finamente curtidas, mientras nuestro estado interno es una maraña sin fin…?
Seguimos observando y observando y languideciendo, mientras las migajas caen de los cielos de los pródigos materialistas, que tienen claro, -por demás-, que no habrá juicio final, ni habrá infierno para purgar su desacato, sus desvarío, y mucho menos los sufrimientos producidos a los seres dejados atrás llenos de miseria, pero peor, llenos de miseria humana, ignorancia, inmundicia, desamor, violencia y maldad. Pero frente a cualquier desasosiego, ellos están protegidos por sus riquezas y protegidos de todo mal…

AMEN.       

miércoles, 1 de febrero de 2017

LA MARCHA DEL PUEBLO


El pueblo desesperado, marcha en paz, por exactamente los mismos reclamos de los últimos cincuenta años de vida republicana. ¿Resultados…? ¡Ninguno!  Solo cambio de actores que juegan el mismo papel, el de “depredador de turno”... El pueblo marcha por el legítimo derecho de exigir que no se le siga robando el fruto de su trabajo, tributado por medio de impuestos que el estado exige pagar y que  –supuestamente- administran esos recursos para ofrecer los servicios más básicos de la sociedad, los que  tampoco ofrece como establecen las leyes… y lo poco que se ofrece es de tal mediocridad que su efecto no se hace sentir en la población.
Pero lo que el pueblo no entiende es que la fiebre no está en las sabanas, es un problema más complejo que simplemente organizar una marcha para pedir transparencia, no corrupción y no impunidad. El real problema se encuentra en el sistema mismo que propicia dicha corrupción. No es un problema de quien está en los puestos de poder, está en quien fiscaliza a esos puestos y bajo que reglamentos.  El sistema es un entramado, un tejido densamente enmarañado, dislocado de tal forma para que nadie se escape de sus finos hilos y si alguien osa intentar enfrentar estos tinglados, entonces cae víctima de su propio peso y no es aceptado dentro del club de moda.
Reconocer estas debilidades y no tener propuestas de como desenmarañar este gran entuerto, deja al pueblo en un perfecto limbo y las demandas nunca podrán ser satisfechas. Esto simplemente significa que los partidos mejor intencionados no logran dirigir al pueblo bajo una consigna coherente y definitoria para resolver este problema.  Ellos se venden como los salvadores, pero en realidad cuando llegan a los estamentos del poder, simplemente se acomodan a la realidad de un estado, hasta entonces desconocido, con sus arcas abiertas para ser desfalcadas. Luego tienden a querer perpetuarse en el poder y para ello necesita recursos financieros  más que ideas y propuestas.
No se puede pensar que pidiendo al ladroncillo que azota al barrio, que: ¡Por favor no nos robe más!, que ¡sea bueno y respete a la comunidad trabajadora! ¿Acaso creen ustedes que el ladroncillo se conmoverá con nuestra manifestación popular, pidiéndole que no nos robe más? Pensar que esto será posible es una real  y pura ilusión infantil… y es exactamente lo que le pedimos a nuestros políticos… La única forma es acorralar y prever, conocer las fisuras y desmontar su trama, tejer una tela de araña para que sea imposible salir de la misma con recursos provenientes de la corrupción.
Luego habrá que emprender una campaña de siembra valores éticos y morales en nuestra sociedad, para que los mismos ciudadanos se vean en su actuar, si piensa en ello y cree que no es verídico lo que planteamos, pregúntense que acontece en las escuelas del sector privado todas las mañanas y las horas de salida de esos recintos… acaso las familias de los educandos se comportan al nivel requerido de civismo y respeto a sus compañeros, y demás ciudadanos que circulan por la vía de aquellos recintos???, o son igual de oportunistas, desvergonzados, anarquistas, irrespetuosos… por igual al salir de los oficios religiosos o cualquier actividad multitudinaria… pero también al igual que los políticos que tenemos… Nuestros políticos no son extraterrestres, son las mismas personas que usted y yo en un momento dado. O acaso se olvidaron de quienes publicaron los álbumes de la corrupción, de quienes hablaban de que con el dinero que se escapaba en las garras de la corrupción se podría duplicar el presupuesto nacional… esos son los mismos que hoy nos gobiernan.

Esto nos quiere decir que sin propuestas claras, de forma y fondo, para frenar la corrupción, simplemente estaremos jugando “al ladroncillo travieso”… La sociedad en algún momento debe de dejar atrás el infantilismo y aprender a como estructurar propuestas de transformación social contundente y estable en el tiempo. El castigo ejemplar es una de las soluciones, si no preguntemos a otras sociedades como limitan a sus corruptos. El ejemplo alecciona y se piensa dos veces incurrir en la falta, pues simplemente pedirán clemencia, donde no la encontrarán...  

miércoles, 4 de enero de 2017

EL DILEMA ÉTICO Y MORAL DE LA SOCIEDAD GLOBAL



Cada fin de año intento reflexionar sobre algún tema de importancia. Uno que me llamara la atención y que fuera relevante, pero sobre todo que me haya causado escozor cerebral. Y el tema elegido fue: El dilema de la ética y moral social a nivel global.  Solo pensar en ello me causó un terremoto de complejidades mentales, puesto que me enfrentó a una realidad desgarradora.
Me hizo cuestionarme ¿qué es lo ético y moralmente correcto…? por supuesto encasillado en los principios clásicos aprendidos por los años de educación a los que me he sometido, por mis inquietudes como ser humanista. Y lo que es ético y moralmente correcto lleva a enfrentar al hombre social de la generación pasada, como soy –hombre de la tercera edad- a los que son los principios que manifiesta la sociedad del mundo global en pleno siglo XXI, o lo que se logra ver con claridad cuando se llega a la tercer edad...
Por lo regular el tema se hace más sencillo cuando se enfrenta a los principios de que: “lo que no es bueno para ti, no lo será para el otro” o “trata al otro como te gustaría ser tratado”, como también que “el derecho de la convivencia pacífica comienza con el respeto al derecho ajeno”. No creo que sea muy complicado comprender estos enunciados, pero todo dependerá de quien, como y donde se enarbolen dichos principios, de acuerdo a las continuas nuevas reglas impuestas por el poder de turno, ya que este actúa bajo los principios, del camaleón…
Pero lo que podemos ver es una realidad, marcada con un distintivo principio de doble rasero… el que lo describe como: “lo que favorece a mí y a mi clan, es lo correcto, pero cuando es el mismo tema que se aplica, pero en contra mía, entonces deja de ser lo correcto” y por ende te meto el poder por donde mejor te quepa…
Este dilema hoy está más expuesto que nunca, o por lo menos más visible, gracias a los medios de comunicación masivos, unos manipulados, otros vejados, unos vistos desde los intereses de ciertos grupos y los que intentan ser más independientes. Esto nos quiere decir que al parecer “el poder” es el que determina que es o ético y que no lo es… Como podemos ver, no es la razón y la lógica, no son las leyes y convenciones internacionales y locales, es, lo que el grupo de turno plantee como tal. Y será socialmente aceptado de acuerdo a cómo se pueda filtrar del mejor modo y argumentarlo con los tirones de moños más insólitos que pudiéramos imaginar…
Sabemos que la historia humana está plagada de estas distorsiones y pareciera que es “la regla de oro” que siempre imponen, los que más pueden… y será la regla vigente en el período en que se mantenga la supremacía. En ese momento no imperan los valores sociales establecidos por la civilización humana, pues se crean estándares supuestos, sobre puestos o mal puestos, con tal de doblegar la realidad infalible. Además se defienden con los métodos hartos conocidos –la fuerza- como primer motor social…
 Se crean conmociones, distorsiones, dificultades imperiosas, desgarros y todo ello hay que lidiarlo con los subsecuentes estadios de enfermedades psicofísicas, mentales y emocionales, sin contar con la pobreza y sus secuelas. Toda una sociedad cuya personalidad no logra madurar para encontrar el derrotero de comulgar con los principios que rigen a la naturaleza humana evolucionada y supuestamente desarrollada...
La sociedad global del siglo XXI se encuentra entre dos agua, o peor entre un cuarto de agua de un lado (los pendejos) y unos tres cuartos de aguas del otro lado (los que sostienen el poder), marcando aún más, en el desequilibrio de lo que se pudiera llamar sensatez. La sociedad no puede entender lo que le está sucediendo a sus estructuras fundamentales… pero que lo vive en carne propia con llagas abiertas y purulentas, y ésta es una triste realidad. Esto manifiesta el nivel de esclavitud vivido por el ser humano común, durante toda la historia conocida por el hombre social congregado, el que siempre lucha por su libertad o mejor, los que se atreven a plantearse ser libres, que precisamente no son las mayorías…
Vemos una sociedad llena de guerras, violencia sin control, donde los animales primarios se horrorizan del comportamiento del “rey de las especies”… daños al medio ambiente, robos en cada rincón del minúsculo planeta en que vivimos, engaños, desfachatez, principios retorcidos, hegemonías desproporcionadas, corrupción en cada instancia, un sociedad cargada de impuestos para enriquecer a minorías enquistadas, defensas de los derechos humanos de los delincuentes por encima de los derechos del vilipendiado, cárceles donde se gradúan en el más alto nivel, los que se adhieren a los principios vendidos y formulados, pero no adecuadamente entrenados para hacerlo con la suficiente elegancia y crueldad… en fin, para que enumerar más de lo que todos sabemos y que somos incapaces de darles una solución…
Como podemos ver el tema de lo ético y lo moral ya no son debatidos en las, escuelas, universidades, centros de formación primarios y están ausentes en las mayorías de las  familias, ya que no quieren quedar con cargo de consciencia, pues temen formar “personas desajustadas” para el mundo de la calle, el real mundo  de un futuro incierto. Se piensa que la calle les formará adecuadamente, si sobreviven en ellas…
Lo que si podemos dictaminar es que la sociedad del siglo global está en manos de personas enfermas, donde sus principios morales y éticos son: la opulencia, la violencia, la corrupción, el desmán, la mentira, el oprobio, el descaro. Todos principios ¡muy saludables!, manipulables, moldeables, retorcidos y sin dudas también ¡muy elegantes!… todos prestos a formar enfermos eternos, intelectualidad mediocre y poblaciones confundidas, seres amorfos, sin espíritu de lucha y sobre todo, esclavos… esclavos eternos… deslumbrados por cualquier… espejito, perdón… telefonito, perdón… cualquier medio que se les ponga en las manos para que sus cerebros queden en las etapas más alienadas posibles.
Es difícil ver con claridad el futuro que les espera a una sociedad como la que construimos con nuestro,  “¡a mí que me importa!” o “¿y yo que puedo hacer?” o simplemente no pensarlo... 

Pero recordemos al  viejo refranero que rezaba: “Árbol que crece torcido, jamás se endereza, y solo sirve para hacer leña”. Así inicia un nuevo año lleno de incertidumbre para los “súbditos del sistema” y muy bien delineado para los que se encuentran bajo las sombrillas de la nueva ética y moral del mundo global. Pero quiero recordarles que si hay mecanismos para darnos la sociedad que queremos, es cuestión de soñar, organizarse, luchar, tener principios y valores definidos y sobre todo, no cejar…