miércoles, 28 de octubre de 2015

Fredy Nadal Castellanos: La Triple Herencia 2da. parte

Fredy Nadal Castellanos: La Triple Herencia 2da. parte:                     LA TRIPLE HERENCIA  2da. PARTE    Bueno… por fin, Tenemos aquí la famosa triple herencia: 1-       El… ¡A mí que...

La Triple Herencia 2da. parte

                     LA TRIPLE HERENCIA  2da. PARTE
   Bueno… por fin, Tenemos aquí la famosa triple herencia:
1-      El… ¡A mí que me importa…!
2-      El… ¡Búsquenme lo mío…!
3-      El… ¡Sálvese quien pueda…!
     Ahora hay que preguntarse ¿Cuál es la procedencia de este triste legado?  Que más que un legado, es una nefasta realidad…
     Esta realidad fue sembrada a todo lo largo y lo ancho del los territorios ocupados por los colonos españoles y otros sucesores colonizadores a partir del 1492, -por supuesto, me enclavo en un momento histórico-, y cuando se propaga la infección.  Sembraron esta peste a todo lo largo y lo ancho del planeta tierra, pues les iba muy bien para sus propósitos –el pillaje- y orquestada por aquellos licenciados para tales fines –los pillos con títulos de realeza-.
     Se les permitió realizar su tarea… tal vez por la cobardía de los miembros de algunas comunidades “descubiertas” -o sea tu no existes hasta que yo te nombro-  Muchos otros borrados del planeta por la despiadada violencia de los blancos europeos y junto a ellos la importación de sus enfermedades infecciosas (actualizado: ¿guerras bacteriológicas?), otras comunidades fueron dominadas por la simple ignorancia e ingenuidad colectiva de sus miembros. Pero la mayoría sucumbió ante el abuso y la imposición del poder militar, sucumbían ante las argucias, los pensamientos y formas retorcidas a la enésima potencia… Pero lo triste de todo esto es que, luego de la emancipación de estos pueblos (no ya tan originarios), esa herencia dejada, les ha marcado o más bien ha quedado como una herida que no logra sanarse y cada día supura más pestilencia…  
    Han quedado estos territorios, infestados… por un tipo de cáncer, al parecer incurable… Esta triple herencia nos deja como consecuencia… La corrupción. Y lo peor, hoy la misma civilización occidental europea, sigue empleando las mismas estrategias, en otros territorios, creando el caos, siendo los maestros de las guerras, los sembradores de odio y las diatribas, y con un solo argumento… sus intereses. Y todavía les permitimos creerse los dueños del planeta.
     Todos sabemos, -o por lo menos eso creo-, cómo se tratan o se intenta curar los canceres… Y la máxima posibilidad de curarlo es cuando se toma a tiempo y se aplica el tratamiento idóneo…
     Lo peor, -para que todos se rían a carcajadas… los propiciadores culpan a sus vástagos por no superar los males catalogados de casi endémicos, cuando ni ellos mismos han podido lograrlo. Destruyen todas las estructuras sociales de los lugares invadidos, luego se justifican con ayudas internacionales, que por supuesto nunca llegan, o llegan en cuenta gotas, (excepto las armas de fuego), puesto por que las cifras gordas se quedan en las manos de los burócratas occidentales… Pero esto, por supuesto, no justifica la insalubre herencia, en cambio, lo que sí en realidad puede justificarla es… La mediocridad.
     Hasta que no veamos con claridad la historia y evaluemos con cautela el presente,  no nos podemos dar cuenta de que en nuestra Vitrola tenemos montado un disco rayado… Entonces…  ¿Estamos condenados a la nada eterna…?
     Creo firmemente que no, podemos pensar que estamos condenados, como si se tratara de un pecado original cualquiera… Pero creo que precisamente la humanidad está en el momento propicio para iniciar un cambio radical en su visión y el de sus legados, es el momento de iniciar las propuestas para superar los males acumulados e impuestos por siglos.
     Creo que las propuestas tienen que ir en función de entender, comprender y proponer nuevas formas de vida social, familiar y personal. Las tareas de construcción de un nuevo modelo de sociedad para los nuevos tiempos, no se orquestan de la noche a la mañana, toma tiempo madurar y conceptualizar las nuevas propuestas, y afinarlas. Descubrir las nuevas teorías y formulas para romper con los círculos viciosos, es toda una tarea que requiere el compromiso de todos y todas.
     Precisamente en los siglos XVII, XVIII y principios del siglo XIX fue cuando se plantearon las nuevas formas y conceptos de sociedad que hoy vivimos y que todos disfrutamos. Conceptos tales como: La liberación de la esclavitud, las falsas visiones de la divinidad de sus regentes, las conquistas sociales, políticas y económicas, los derechos humanos y la emancipación de las mujeres, etc. Todo esto fue fruto de un arduo trabajo y sacrificio de los hombres y mujeres de pensamientos avanzados de la época. Y aun no se haya logrado toda la emancipación deseada y sigamos secuestrados por un sin número de vicios sociales, lo real es que se lograron cambios sustanciales frente a la esclavitud y marginalidad en los asuntos políticos, económicos y sociales, sufridos en el pasado.
     Vemos que es un “corto-largo”  tiempo se lograron cambios radicales, pues solo unos pocos siglos que han pasado, -¡menos que lo que duró el imperio romano!- La dinámica social es dramáticamente diferente. La realidad de hoy es que todo tenemos la sensación de que el tiempo de cambio se acelera, todo se logra en menores tiempos, pues en los últimos cincuenta años el hombre ha transformado su realidad de manera dramática y a veces hasta descabellada.
     Cambiar la configuración del estado como ente rector de la sociedad civilizada es todo un reto, muchos se reniegan y sabotean estos procesos de cambio, otros se sienten inseguros frente a los cambios, muchos tienen miedo a los cambios,  pero esos esfuerzos orientados a mantener los estamentos podridos del pasado, son inútiles.
     Los cambios se podrán retrasar, pero nunca se podrán detener. Quienes piensen lo contrario están sin dudas sumidos en la más triste ignorancia de la realidad histórica de los pueblos. Y lo peor, serán los pobres marginados de la historia, aún hoy posean todas las riquezas y poder. Ningún imperio, estado, forma de gobierno, dictadura, organización oscurantista o mecanismo de opresión social, ha podido resistir el devenir de la historia y el tiempo y por supuesto los cambios que conllevan.
     Hoy tenemos que plantearnos en cual tipo de Estado que queremos vivir en el futuro y no perder en tiempo en las alucinaciones ficticias vendidas por los consumistas, los que plantean que la sociedad solo evoluciona en sus aspectos tecnológicos, o la visión de los generadores de riquezas, -las que se queda en las manos de unos pocos-, solo recordemos cómo nos vendían -a los mas viejitos por supuesto- la sociedad tecnológica que tendríamos hoy día, y todo se ha reducido a una brutal mentira, somos más esclavos del tiempo y la tecnología que nunca y mucho mas del Estado mismo.
     Estos elementos –tecnología, riqueza y poder- son solo parte del desarrollo humano, el mayor reto es, el humano mismo y no los artefactos que construye y los mecanismos usados para su degradación. Las realidades de los pueblos trascienden a sus instrumentos y artilugios y a las manipulaciones científicas, mediáticas, económicas, religiosas, etc.
      Cuantas veces no hemos visto que las declaraciones científicas se van por el vertedero cuando alguien con mayor alcance logra desmitificar los artilugios usados por grupos de interés espurios... Cuantas veces no hemos visto como se desmontan los cánones, aún les haya costado la vida a aquellos que se atrevieron a plantearlas. Solo tenemos que acordarnos de “Galileo”, que por cierto su mayor aporte fue –aun que no fuera su intención directa- la de remover de la mente humana su egocentrismo, el centro universalismo, y ese paso fue más trascendente de lo que muchos imaginan. ¿Acaso Jean Jacques Rousseau con su publicación “El contrato social” no cambio para siempre las estructuras feudales europeas…? Entonces ¿Pudo alguna entidad manipuladora y representante de los círculos de poder más oscuros del momento, retener la verdad por siempre? Así podemos mencionar centenares de realidades, que tiempos después fueron desmotados y superados.
     Ahora… ¿qué beneficio se obtuvo con esas acciones, represivas, mal intencionadas y maquiavélicas…? Solo se obtuvo: dolor, derramamiento de sangre, miseria y atraso. Entonces nos queda preguntarnos: ¿Quiénes fuéramos hoy si esto hubiera sido de otro modo?  De seguro que nuestro perfil como sociedad hubiera sido otra cosa.
     Conociendo estos legados que marcan el perfil de lo que tenemos hoy, podemos perfilar el futuro. Analizando la historia de este modo nos da la posibilidad de acelerar el proceso de llegar a ser una humanidad más solidaria, más justa, más alegre.
     Estar alertas respecto a las manipulaciones colectivas, es la gran responsabilidad, hoy vemos como aquellos que en el pasado reciente se vendieron como los reformadores, los revolucionarios, los que cambiarían los elementos putrefactos y cancerígenos del pasado, claudicar ante la opulencia, la vanagloria y la vergüenza.       
     Demagogos, despiadados, déspotas y promotores de las retrancas sociales,  manipuladores de aquellas masas mas desposeídas, sumidas en la miseria tanto material como intelectual y espiritual. Utilizan los medios modernos de alienación, vendiendo fantasías, con el único objetivo de enquistarse en el poder, igual que sus predecesores, con un macabro populismo, con un dispendio de los recursos de todos aquellos que apostaron y apuestan a que la sociedad evolucionara a otros niveles.
     Por todo esto es, que tenemos que replantearnos nuestra realidad y comenzar a plantearnos un nuevo modelo, ya que está más que demostrado que, el existente está más que retorcido, preparado para que todo aquel que llegue o acceda al poder, sea manipulado, corrompido y de sensibilizado y enarbole la bandera del – a mí que me importa- y sobre todo para mantener esclavizados a las mayorías.
     Es un problema bastante serio, ya que se generan nuevos estamentos, se generan nuevas necesidades díscolas, los hombres van perdiendo el sentido de lo colectivo y se dan a la tarea del – búsquenme lo mío-.  Se ha perdido el carácter  de lo social, de lo solidario, de lo comunitario, manifiesto en el –sálvese quien pueda-. Y el origen del pensamiento al que nos referimos anteriormente, no es precisamente lo que vemos hoy. Hoy tenemos cerebros y personalidades mediocres y maléfica mente distorsionadas, pero perfectamente educadas...
     ¿Acaso tenemos que cambiar los paradigmas sociales, los sistemas de educación familiar, los sistemas de vida y educación comunitaria? Basándonos en nuevos valores, nuevas éticas sociales, nuevas reglas morales, ¿acaso tendremos que construir un nuevo lenguaje que borre los paramentos existentes que sustentan la sociedad? Una nueva política, una nueva economía, en realidad una nueva filosofía…
     Lo cierto es que lo primero que tenemos que borrar es la triple herencia, por lo menos tenemos un punto por donde comenzar… Y tomar como parámetros para la nueva sociedad y el nuevo estado, sean basados en: la compasión, la solidaridad genuina, y el respeto a la dignidad de todas las especies y la no violencia.  La tolerancia frente a las diferencias, es fundamental, puesto que sabemos que todos somos únicos y personales, solo el respeto y la tolerancia son los elementos que nos unen y nos permiten vivir en paz.

     Tenemos que sembrar en terrenos más fértiles. Con anterioridad pensamos que los terrenos más fértiles eran la mente humana, hoy reconocemos que los terrenos más fértiles son “el corazón”… sembremos la benevolencia, la compasión, el coraje y el valor para cambiar las cosas. Y sobre todo para cambiarnos a nosotros mismos…

domingo, 25 de octubre de 2015

LA TRIPLE HERENCIA

                                                       LA TRIPLE HERENCIA
     La herencia es un legado, una sucesión en todo el sentido de la palabra. La tenemos patente en los diferentes aspectos de nuestras vidas, tanto personal como social.  Y a veces debemos escudriñar en nuestro pasado, para saber o entender el por qué somos como somos, para comprender quienes somos en el presente y quienes seremos en el futuro, puesto que de una manera u otra, las trazas nos marcan, queramos o no.
      El impacto de las trazas en nuestras vidas es visible, pero esto no quiere decir que no podamos superar algunos de los elementos que nos sean adversos para nuestro desarrollo integral. Pues si las comprendemos, pueden ser el motor que nos impulsen al cambio.  Podemos aprovechar aquellas que suman y pulir o deshacer, -me gusta más el término… diluir-, aquellas que nos limitan en los diversos campos que forman nuestro carácter personal, cultural, familiar y social.
     Pero esos cambios, mejoras, pulimentos o descartes… –interesante término “pulimentos” pero cuidado, se puede obtener resultados artificiosos-. Descartes – término igual de interesante que el anterior pues dejar raíces, no siempre puedes descartar todo, el resultado final puede ser vacuo, e insípido-. Pero diluciones –es un término que encierra el misterio del universo, pues en su caso no ha habido la necesidad de la lucha o el trabajo forzoso, simplemente se ha disuelto, se ha vuelto algo intrascendente, y por tanto ya no tiene interés para nada, ni para nadie. Lo diluido se ha de reciclar en la vacuidad del universo, se va por el hoyo negro y se convierte en otra cosa...
       Y debemos tener en cuenta que este proceso solo se da siempre y cuando enfrentemos a nuestras herencias con objetividad y madurez, con sensatez y visión crítica.
     Si por ejemplo lo analizamos los legados en los aspectos colectivos, muchos pueblos se sienten orgullosos de sus herencias culturales y sociales, puesto que a través de las mismas han logrado forjar el perfil colectivo que hoy les caracteriza. Muchos, quizás la mayoría, se sienten orgullosos de sus herencias, pero no necesariamente porque comprendan a conciencia los orígenes de dichos legados, sino más bien porque son inducidos en ese tenor, gracias a los aspectos de una manipulación o el acomodo que priman en sus relatos históricos y el sustrato de todo lo que esto conlleva.
     Otros plantan sus herencias como simple elemento de resistencia, al oprobio vivido por sus antepasados, frente al despojo de sus realidades históricas, impuestas por fuerzas espurias que los disminuyeron como pueblos y así han mantenido vivos los recuerdos en sus vástagos, para que sean redimidas dichas realidades históricas, de una manera u otra. Lo cierto es que cada pueblo tiene su propia y particular historia y por tal, su herencia puede ser un perfil de vencedores y otros de vencidos, algunos de emancipados, pero pocos de liberados...
     Esta visión igual se traduce o sucede en los tópicos familiares. Existen aquellos seres que sienten que su legado les ha permitido ser quienes son.  Pero otros maldicen algunos tópicos en sus vidas, al pensar que ciertos elementos hereditarios no les favorecen o les favoreció en su desarrollo. Todo dependerá del punto de vista y los intereses que cada uno anteponga como, objeto de ventaja o desventaja  comparativa que aporte o deje de aportar en el desarrollo de su personalidad, pero todo de acuerdo a la estructura montada por la sociedad en su entrenamiento colectivo.
     Tenemos que ver con claridad esa súper estructura manipulada por siglos que ya se filtra en nuestra conciencia como si de un elemento natural se tratara. Por ejemplo: Es la fecha que todavía en los dibujos animados y otros programas infantiles se mantiene sobre el tapete con el concepto y las imágenes de: Reyes, príncipes, princesas, súper héroes, caballeros, etc. Ahora acompañado por los súper violentos vengadores y toda una camada de sangrientos personajes.
    Para los adultos tenemos en el menú los programas televisivos más populares como los de: paramilitares, súper guerreros, los policías y delincuentes, recordemos que hace unos años eran los vaqueros y los indios malvados!!!!… los sheriffs y los pistoleros del oeste…  Combates de la segunda guerra mundial vs. Los nazis, luego los temas de la guerra fría, -tema que está renaciendo-, donde los rusos son los espías malos y los gringos son los buenos. Otros presentan a los grupos mafiosos de otras etnias como malvadas pero jamás de los suyos propios…
     Los temas recurrentes sobre el imperio romano y griego, ensalzando sus desmanes. Otros asumen las temáticas del narco, vistos como… usted les parezca mejor. Otros solo traman los súper héroes que vienen a salvarnos y salvan la sociedad, temática que siempre en lo más sutil nos recordará el tema de lo cístico, la temática de que tú no puedes hacer nada y que solo los encomendados, los elegidos, pueden hacerlo… 
     Hoy tenemos toda una invasión de programas de investigadores detectives de todos los tipos, astutos fiscales y demás artilugios, pero con un detalle… “la toda poderosa ciencia y tecnología” de la que no se escapa nadie… ¿Es acaso un mensaje sutil, sobre el estado del que nunca podrás escapar…? ¿Es acaso una manipulación colectiva? Cuantos no se creyeron la invasión de los marcianos narrada en los años 1938 por una cadena radial… ¿Cuantos no creen que todo lo visto por la televisión es real? En esos canales famosos y con todo el presupuesto del mundo, capaces de distraer de la realidad a todos sus usuarios y hacerles cree que todas esas teorías sin fundamentos, como las del Big Bang… ¿son totalmente ciertas? Cuando en realidad no han podido ser demostradas en lo absoluto.
      ¿Cuantos creen que todo lo que se publica por internet es cierto e incuestionable? ¿Cuántos realmente saben del sustrato oscuro detrás de los juegos electrónicos que ensalzan la guerra, el asesinato, el súper guerrero, etc.?
     Ciertamente estamos reclamando nuestras herencias… pero no tenemos conciencia clara de cuál es la real herencia a ser reclamada...   
     Pero en cuanto a la triple herencia – que es el tema en cuestión- ha marcado la historia de algunos pueblos conocidos por todos nosotros…  Muchos se preguntarán cual es la dichosa triple herencia… Pues sin más preámbulos vamos a soltarla en nuestra próxima entrega.


lunes, 7 de septiembre de 2015

A QUIEN PUEDA INTERESAR

A QUIEN PUEDA INTERESAR

     Con este intento, me dispongo a compartir con ustedes, algunas de mis inquietudes y  preocupaciones. Pero primero tengo que presentar ciertas observaciones y lo haré de una manera algo inusual, ¿cómo? Pues simple, negando cosas, diciendo lo que no es, en este caso lo que no soy. Esta técnica – la de negar- es una costumbre muy oriental, específicamente usada por los budistas zen y los taoístas chinos, y con ellas ayudaban o facilitaban el entendimiento.
    Comencemos con algo, como por ejemplo: En cuanto a mí y a mi  edad, no soy un anciano de la tercera edad, de la cuarta edad o de la quinta edad - si es que la hay-.   No soy miembro de una comunidad religiosa fundamentalista, no soy un militar mercenario, no soy un hombre de concepciones ultra nacionalistas, ni ultra conservadora, ultra regionalista, ni ultra de ninguna cosa…
    Tampoco creo que sea indigno ser miembro de una de estas organizaciones ya mencionadas y mucho menos que por ser miembro de alguna de ellas, puedas o seas descalificado. Hago la aclaración pues simplemente no me identifico con ciertos métodos y sistemas. Además, todos tenemos la libertad de elegir – o por lo menos eso es lo que se supone- tanto en el espacio personal, como en el  social y así cada uno elige el  lugar que aspira ocupar.
     Además creo en la diversidad de todo tipo y no solo en la biodiversidad vegetal y animal. Nuestro planeta es diverso, variado, múltiple, complejo y por tanto, trato de seguir el tono que marca la naturaleza que nos gestó como seres vivos. Creo en la variedad sobre todo, también en el sentido común, la sensatez y sobre todo en el equilibrio y la mutación como regla…
     Puedo proseguir diciendo que: Soy un ser común y corriente, un ciudadano más del mundo. Apuntar que soy  igual que la mayoría, un común mortal. Pero no obstante tengo cosas que decir y solo lo puedo hacer por este medio y sé que solo unos pocos pueden ser participes del esfuerzo emprendido. Pero de igual modo las palabras al igual que los pensamientos se transmiten por diversos medios, algunos muy sutiles.  Y luego de que son soltados al medio, otros recibirán el mensaje, al igual que yo lo recibo de todos los demás, pues en la mayoría de los casos simplemente somos catalizadores.
     Tal vez tenga valor lo que quiero decir, tal vez sea un tema más de aquellos ya gastados por el manoseo social, pero tengo la necesidad de exponerlo, y quiero que se entienda que lo que voy a exponer no es un producto o fruto de un espíritu inquisidor o vengador. No tiene carácter subversivo, ni es fruto de una rabia desmedida, ni de una postura depresiva, ni de una visión con una marcada falta de esperanza… Simplemente es una manifestación de mucho dolor, de mucha pena, es compasión que aflora de lo profundo de mi corazón…
     He tenido la suerte de poder ver la realidad con claridad, oír con claridad, comprender con claridad, sin dudas es una gran suerte vivir con claridad. Esta postura y forma de vida me da la oportunidad de ver como estamos viviendo.  Hoy estamos frente a la realidad que nos arropa como sociedad y como civilización, sin distinción de países o fronteras, culturas o sociedades, medios o posesiones, preceptos o religiones, hoy nos enfrentamos a una realidad severa… Nos enfrentamos a un día a día que nos golpea en las narices y nos golpea con tanta fuerza que nos aturde.
    Se cierne un manto oscuro sobre el tejido social, que es como una tormenta feroz y su secuela nos deja con un sentido de sobrecogimiento. Todos de una u otra manera tocamos los mismos temas, unos más que otros, pero nadie está al margen de esta realidad que construimos y de la que somos coparticipes.  No es posible estar al margen y mucho menos negarlo, pues nos toca a todos, no es posible encontrar un ser que esté ajeno al mismo, en ninguna parte de nuestro minúsculo planeta, el que no es el planetita del principito, precisamente…
     Los que disponemos de más de cuarenta o cincuenta  años de vida, siendo hoy un día de un mes de Septiembre del año 2015, cuando la nostalgia se nos agolpa de repente, viviendo unas realidades totalmente insólitas, para un país como el nuestro, ubicado en una zona tropical, poseedores- en el pasado- de los bosque húmedos más prominentes de la zona y en medio de las trayectorias ciclónicas, y que estemos sufriendo cada año de sequias y con subsecuente escases de agua, hasta ahora sin precedente y en permanente incremento… cuando todos los antes mencionados por su edad, recordamos como de nuestras montaña emanaba agua a borbotones, que las temporadas de lluvias eran tan regulares como los menstruaciones femeninas  y éramos una isla encantada…
    Otro de los temas… Pensar que nuestros hijos y nietos, hoy no pueden salir al barrio libremente  a compartir con sus vecinos, compañeros, o amigos, a menos que se sea detrás de las murallas de las fortalezas que tenemos por residencias, por supuesto,  los que pueden pagárselas. Los que no, están tras los barrotes, que como cárceles se yerguen sobre todas las viviendas de las ciudades, por humildes que estas sean. Los chicos no pueden explorar sus entornos, ni conocer lo que es la naturaleza, descubrir  insecto,  plantas, aves,  animales, en fin…
     Sé que los mayores de edad recuerdan esos tiempos donde sus hijos eran protegidos por la comunidad, donde los ciudadanos protegían a los jóvenes que ni siquiera conocían, donde la ciudadanía no temía ayudarse unos a otros, tiempos donde no se temía a caer en manos de un desaprensivo en cualquier esquina, o que se viera involucrado en una balacera como si estuviéramos en medio del lejano oeste americano, acciones que veíamos solo en los programas televisivos importados… Y es cuando me pregunto, ¿Que nos está pasado?...
     Hemos construido una civilización que ya corre por XXI siglos de la nueva era, sin contar los siglos pasados antes de esta. Una civilización de humanos luchando por gestar cambios sociales y por los que se ha pagado un alto precio por ello, cómo el  precio del: Dolor, del odio, la fragmentación, la frustración, la miseria, las hambrunas, el caos, las guerras irracionales e interminables y aun seguimos enfrentando las mismas calamidades. ¡Santo Dios! ¿Qué nos pasa?... 
     El miedo nos arropa a todos, junto a una inseguridad permanente. Nos carcome hasta los tuétanos la corrupción, la que se hace presente en cada minúsculo rincón de la vida del los seres humanos y sus organizaciones, cada día estamos más podridos, cada vez más maquiavélicos, cada vez más se utilizan métodos más conspicuos, métodos orquestados para la  estafa… pareciera que este festín no acabará nunca. Las mayorías, al parecer, apuestan a ello, por complicidad o contubernio o por miedo o por simplemente hacerse de la vista gorda, pero creo personalmente que es por la profunda ignorancia y estupidez sembrada en sus mediocres egos…
     Hoy la estafa es un patrón común en todos los niveles de la sociedad y sin dejar a un lado que el mayor promotor de la misma es  ¡El Estado!  Estamos llenos de políticos estafadores, opulentos, inoperantes, incompetentes para sus funciones, pero perfectos explotadores, especuladores, llenos de despropósitos, malvados, hambrientos, desfachatados y manipuladores. Propiciadores de la una corrupción excelsa. Pero eso sí, todo perfectamente organizado, meticulosamente estudiado, con todos los mecanismos posibles para crear nuevas castas, la que pretenden perpetuarse, en plena impunidad, desplazando a todos los competidores, en todos los órdenes, ya no solo en la política, ahora también quieren quedarse con todo, absolutamente con todo,  y por el medio que asquerosamente le sea mejor lograrlo, pero eso sí…  legalmente instituido. Creo que hasta los mismos griegos que inventaron este sistema y su vocabulario, llamado democracia, no encontrarían los calificativos a usar para describirnos, porque ya fueron superadas todas las expectativas.
     Los ciudadanos que mínimamente se comportan, se sienten como estúpidos, légamos, retrasados mentales, incompetentes, además de albergar un sentimiento de  minusválidos desafortunados, igualmente de estar temerosos ante tanta barbarie y desatino. Todo esto pareciera ser una película de ciencia ficción, de terror, apocalíptica, una visión irracional y sin sentido, todo un sin sentido que se manifiesta en el total despropósito.
    Todo se deshace entre nuestras manos, todo se derrama, solo se vive para pagar impuestos para mantener corruptos. Hombres y mujeres llenos de estrés, buscando como solventar lo que como grupo les corresponde, las familias no tienen sosiego. ¡Por supuesto! se está creando la próxima generación de esclavos eternos… Construimos cada día con nuestras acciones una sociedad más complicada, más intrincada, más dependiente, más egoísta, más opulenta, más irracional…
    Parecería que el entramado del tejido social ha agotado toda la energía esencial que le sostiene y todo el material prístino que le sustenta. Aquella energía que promueve la vida, hoy la desmedra, y así nos quedamos expuestos ante lo inevitable, una sociedad totalmente neurótica y enferma, violenta y desalmada, devastada en su ética, en su moral.  Y no se diga en lo espiritual  -si es que alguna vez hubo tal cosa-.
    Tal vez simplemente estoy soñando, pero parece mentira que las comunidades calificadas de salvajes, primitivas, que aún hoy subsisten en algunos rincones del planeta, tienen más valores, más sentido común, que la civilización occidental desarrollada. Ellas ven horrorizadas el derrotero de la civilización del hombre blanco y lo ponen de manifiesto, pero al igual que a todos los que vemos con claridad, nadie nos hace caso y peor, aquellos depravados con licencia, se ríen a nuestras espaldas tildándonos de locos, desajustados y buenos para nada y utilizan los medios represivos para silenciar a todos...  
     Hoy más que nunca los valores máximos vendidos para la comunidad humana son: el dinero, el poder, la desfachatez, lo amoral, el ego elevado a la potencia más dislocada que se pueda tan siquiera soñar. Solo es necesario y suficiente, no tener escrúpulos algunos… ser perfectamente educado en la tolerancia para identificar quien es el jefe del momento, aunarse, congregarse y promover, -por supuesto- el cómo joder a los otros con el más  perfecto estilo del Gentleman Ingles y así,  se es el más apto para participar de la piñata.
     El consumo consume a los consumidores, la ficción envuelve la vida de todos, encerrados en los capullos de la fantasía y de abulia. Vemos las desproporciones en que viven los artistas, los atletas de algunas disciplinas manipuladas, las modelos, los banqueros y otros, mientras las mayorías languidecen en un planeta que está en serios riesgos de desertificación y degradación social. Pero los intereses de unos grupos minoritarios, pero asquerosamente ricos y poderosos, mandan al mismísimo infierno las soluciones o propuestas que deben ser tomadas ahora y sin dilación. Pero las mayorías que promueve y enarbola las banderas del raciocinio, no poseen el empuje, para revertir estos procesos corruptos.   
     Es como si viviéramos en el paraíso de la nada, donde la nada se lo come todo, lo devora todo, como lo relata La historia sin fin… El hombre vive en el reciclaje de la ignominia, la desidia, la opulencia, la desigualdad, la violencia, el miedo, que más que miedo es terror. La locura colectiva, el abuso, la constante búsqueda del fracaso eterno  a través del jueguito de lo imperial.  Viviendo en una fantasía distorsionada, una propuesta de vida en el paraíso después de la muerte, no siendo capaz de reconocer- por supuesto por la ignorancia y la estupidez- que el paraíso se construye aquí y ahora y no después de la muerte. Esa ficción ha sido siempre vendida al humano para que no intente cambiar la lastimera forma en que vive en el momento de su realidad… Y a eso se llama, burda manipulación…
      Qué triste y doloroso es tener que plantear esta realidad, una realidad que nos atrapa y nos hace añicos, pero lo más triste es tener que presentarlo a todos ustedes como la realidad inequívoca de nuestra sociedad, de nuestra isla y de nuestra civilización. Pero tenemos que persistir en la denuncia, esperando que quede plasmado en la historia de la humanidad por alguna vía, y que podrá ser un recordatorio del por qué nos autodestruimos.
    Pero al parecer nadie aprende en cabeza ajena, o tal vez será una ley de vida, y la historia es simplemente un montón de papeles que solo sirve al despropósito de los macabros agentes de la desdicha. Los pueblos no tienen la capacidad- al parecer- de hacer causa común para su bienestar y solo permiten que sean aniquilados como esclavos permanentes y cautivos de las circunstancias. Una multitud de seres incapaces de hacer absolutamente… nada, realmente en este momento no encuentro las palabras para describir esta realidad que con claridad vislumbro…
    Vivimos en la oscuridad cuando la luz es la ley, pero existe una poción mágica la que todos debemos tomar como remedio, y esta se llama la poción de la esperanza, la que impulsa la fuerza interior que nos empuja a vivir y rompe la depresión colectiva. Es una responsabilidad buscar las soluciones y enfrentarnos a ellas, de una manera pro activa, no empeorando, si no mejorando, no devorando, si no plantando, no corrompiéndose si no clarificándose y dejando a un lado la opulencia y los deseos desmedidos e irracionales. Pues son esos males los que llevan a los hombres a perder la visión de la realidad en la que vivimos. No alimentemos a la bestia de la nada, es tiempo de despertar de ese odioso letargo que nos consume y que nos devora, que nos hace polvo, que nos conduce al abismo. Es tiempo de reaccionar, todavía estamos a tiempo, la humanidad del futuro no tiene la culpa y tampoco la nuestra de vivir lo miserable y desdichado que es y lo que estamos dejando como herencia.
     Debemos levantarnos a unas y parar de manera radical la deforestación, tal como se logro el miserable 4% para educación, e iniciar un plan de reforestación serio y bien estructurado. Debemos levantarnos y detener esta locura de la opulencia gubernamental y esta corrupción desmedida, debemos aunar esfuerzos para que la vida de nuestros hijos y nietos sea más digna y feliz. No al miedo y a la delincuencia, al raterismo, a la irresponsabilidad. Y que no se justifique falta de presupuesto para encaminar las acciones requeridas, es la trampa que siempre nos venden, para corromper aún más las instituciones, tenemos organizaciones y presupuesto de más para resolver, solo hace falta la voluntad y la integridad de aquellos comprometidos. Hay que acudir a los últimos reductos de la tolerancia, a los últimos reductos de la sensatez, a los últimos reductos del valor ciudadano, a los últimos reductos de la consciencia humana, y dejar a un lado esta nefasta conducta depresiva que daña a nuestras familias y a nuestra sociedad.

     Todo está escrito… todo está dicho… todo está a la vista… pero estamos ciegos… sordos…y mudos… Es tiempo de tomar partido…   

miércoles, 1 de abril de 2015

A propósito de la corrupción...

                                                                 KU    
     En el ideograma chino KU, que representa la escudilla en cuyo contenido prosperan los gusanos; se han producido a raíz de que la suave indiferencia de las criaturas inferiores, que se ha juntado con la rígida inercia de las estructuras superiores, originando así el estancamiento, y esto implica a nivel normal, culpa compartida; la exhortación en éstas circunstancias dadas, imponen a que sean eliminados o removidos.
    Lo echado a perder por culpa humana, puede también subsanarse mediante el trabajo humano, no se trata de un signo inexorable, es una consecuencia del abuso de las libertades humanas, la cual condujo al estado de putrefacción. Por lo tanto el trabajo destinado al mejoramiento, tiene buenas perspectivas, puesto que se realiza en concordancia con las posibilidades del tiempo. Por eso es necesario que uno no se amilane frente al trabajo y el peligro, es necesario tomar cartas enérgicamente.
     En primer término, deben conocerse las causas que ha conducido a la corrupción, antes de que ésta pueda subsanarse, de ahí la necesaria atención durante el periodo anterior, al tiempo inicial. Luego hay que preocuparse de que todo se encarrile bien, por la nueva vía, para evitar una recaída; de ahí la necesaria atención en el periodo que se sigue al punto inicial.  La indiferencia y la inercia, que ha conducido al estado de corrupción, deben ser reemplazadas por la energía, a fin de que un nuevo comienzo pueda suceder a la terminación de tal estado.
     Lo mismo ocurre también, con las disposiciones de ánimo inferiores y con los modos en que se introduce la corrupción en la sociedad humana. Para eliminarla, el noble (hombre de voluntad) ha de renovar la sociedad, el noble ha de eliminar el estancamiento, sacudiendo a la opinión publica y luego fortalecer el carácter de la gente, y más luego tranquilizarlo.
      El hombre se ve tentado a algo echado a perder, debido a la negligencia sometida en épocas anteriores, no posee la energía necesaria, como para remediarlo solo, pero encuentra ayudantes capaces, con cuyo apoyo bien no podrá lograrse, un nuevo comienzo, en un sentido creativo; pero por lo menos se llevara a cabo una reforma a fondo, cosa que también es digna de elogio.
     No todos los hombres están obligados a mezclarse en los asuntos mundanos, existen también, quienes ya han evolucionado interiormente, a tal punto que tienen el derecho a dejar que el mundo siga su curso, sin inmiscuirse en la vida política como reformadores.
     Más, con ello no quiere decirse que, han de asumir una actitud pasiva, inactiva, o meramente crítica; tan solo con el trabajo dedicado a las metas más altas de la humanidad, y que uno ejecuta sobre su propia persona, da una justificación para semejante estado de retiro, pues aún un sabio se mantiene apartado del cotidiano trajín, va creando incomparables valores para la humanidad del porvenir.

      Así habla el I´Ching, ¿qué les parece? es como una cátedra de civismo, me imagino que la razón que generó dicho legado, se debió a momentos en que la sociedad China, a través de su emperador, clamaba por sus mejores hombres y mujeres, con la simple pretensión de rescatar las bases del hombre, la historia y la humanidad, bajo los preceptos que son considerados buenos y válidos por intuición propia. ¿Qué nos queda a nosotros por hacer, 5000 años después de éste manifiesto? ¿Es a nosotros que nos está hablando? ¿Es a nuestra sociedad y compostura a la que se refiere...?