sábado, 31 de agosto de 2013

Reflexiones personales


 

 

TODO PARECE SER, UN ASUNTO DE MODAS
 

     Hace ya un buen tiempo, tal vez algunos siglos, que una parte de la población que habita en un globito que se encuentra flotando en la mismísima “nada”, se da a la tarea de vivir al ritmo de “las modas”. Y cuyas prácticas se han convertido en algo muy familiar para la comunidad supuestamente “humana”.     

      Este novedoso sistema descubierto por las hermanas “Envidia”,“Barbarie” y “Rapiña”, prestigiosas damas a las que no se le ha dado un reconocimiento público proporcionado, debido, claro está, ha que a nadie importante se le ha ocurrido la brillante idea de otorgarles un Nobel póstumo a las magnánimas señoras, justificándolo, por supuesto, por el grandioso aporte legado a la humanidad. 

     Este grandioso legado histórico, trajo como consecuencia también, las no menos famosas, “marcas de origen” o “Made in”. De las cuales podemos destacar en la tradición, los “Made in” o “Hecho en”: Egipto, Mongolia, o en Otomanilla, y Grecia; como también, lo Hecho en Roma, Hecho en España, Hecho en Francia; o talvez los, Hecho en Inglaterra, Hecho en Alemania, Hecho en USA; o quizás los, Hecho en Japón, y la más reciente de todas, los  “Hecho en China”. 

     Y estos “Hechos en” marcan tendencias tan poderosas que hasta los apodos y aliases, nombres y apellidos de las personas, arrastran las características de los propulsores de las modas imperantes. Y esto lo pedemos ver hoy con marcada preponderancia, en ciertas partes del globito, extrañamente en las que cuentan con cuernos y golfos. Y además observamos un marcado interés por los países Moros, y no porque sean exóticos más bien porque existe una “gentuza” tan tradicionalista ella, que desde el tiempo de las caravanas de especias, y hasta los tiempos más recientes como los del oro negro; son poblaciones que se niegan a asumir las modas imperantes, como buenas y validas, pues no les embelesa alinearse a las influencias extranjeras. 

     Es por ello que, a los cabecillas arenosos de mal gusto y fuera de corriente, se les están cambiando sus nombres, para actualizarlos en la nueva usanza china. Y el apellido predilecto elegido por el magnánimo fue: LIMPIA´O.  Si piensan que lo que digo es un juego, solo tenemos que hacer memoria, y recordar unos cuantos eventos históricos. Veamos pues si les suena familiar: Sadam Limpia´o, Gadafi Limpia´o, Osama Limpia´o, Mohamed Limpia´o, y sabe Dios cuantos más engrosan la larga lista, de los que tienen ya adjudicados sus nuevos apellidos chinos.  

 Pero bien, así vamos, de siglos en siglos con la misma cantaleta, obscenidad, y cinismo, pero en diferentes escenarios. Y a todos aquellos que no se acojan al mandato de “la moda”, solo les toca un solo y único apellido, ¡el mismo!... y un solo lugar, ¡el infierno!, porque por más que recen, no les toca ¡el cielo!, pues este está reservado solo para los nobles.  Ahora, lo que si sabemos con certeza es que estas prácticas aseguran, que un grupo de compadres se mantengan unidos en la crueldad, la opulencia sin límites y el oprobio eterno.   

     ¡Y por que tanta algarabía! Dirían algunos, a quien le importa, estos “carajos” que se encuentran metidos en medio del tránsito por donde pastorean los Elefantes, mastodontes aquellos que con un poco de “coca” se alzan en franca estampida, y mientras, los “carajitos” entremetidos simplemente quedan aplastados como “tostoncitos” listos para ser pasados por una fritura de alquitrán. Y lo peor, todo esto acontece con la complicidad de los Leones de las sabanas, congregados en manadas, y en espera por los restos del festín de las odiseas. 

     Sí señores y señoras, próximamente se avecina una tormenta de arena en el desierto del oro negro y otro muchachito irreverente se le impondrá el apellido chino, y esto le pasará por tener un nombre demasiado complicado de pronunciar, además por no haberse bajado suficiente los pantalones, para asistir a una fiesta de trajes largos. Y la falta más grave cometida por él fue, la de no querer saltar como “mono” para vitorear las payasadas del Jefe, además de negarse a participar de los degradantes bacanales propiciados por los estoicos Elefantes, y por si fuera poco, su pecado mayor será, ¡olvidar chillar como cerdo al momento de ser perfectamente empalado por el mismísimo Conde Drácula!... 

     Si señores de nuevo simplemente seremos testigos silentes de una crónica anunciada, y no hacemos “nada” porque flotamos en ella. Observemos de frente los repugnantes actos ignominiosos, de las minorías enquistadas, fuertemente apertrechadas con cilindros que vomitan fuegos salitrosos pestilentes a todos aquellos que se les opongan. Seremos espectadores de actos ejecutados por jugadores con maestrías y doctorados, jugadores tan diestros que alcanzan el canasto desde media cancha, e insertan sus bolas “sin arrugas”. Y por supuesto, sin el más mínimo sentimiento de culpas, aquel que se puede generar por el destrozo de la vida de miles de criaturas indefensas que quedarán desvalidas y dañadas por los ominosos actos de los fuegos artificiales. Pero… al final y en fin, esto queda perfectamente justificado por las toneladas de oro fundido que corren y decoran las alfombras  por donde pasará, el glorioso ¡quien puede

     Las justificaciones para los cambios de apellidos son verdades sustentadas en mentiras bien ordenadas y defendidas por lo alto, por supuesto con discursos magistrales y coherentes, pero con categoría de esgrima. Pero al final, solo apuntan las conciernas a los lugares de interés donde se puedan repartir las piñatas los grandes de la fiesta. Las exaltaciones parecerían ser legítimas, pero en este momento me pregunto ¿Cuántos otros se encuentran en la hoya hirviente, llena de cangrejos y grillos, y con candela atizada por no se sabe quien?  Pues hoy se reportan en los medios, unos 15 terruños, disfrutando de un estado dantesco, entre los cuales se encuentran: ¡Búsquenlo en San Google! y etc., etc., etc.… 

      Así, vivimos una realidad más que macabra, ¡no vemos a ninguno de los compadres importarles la situación! de: latrocinio, desmanes, asesinatos que en estos lugares se escenifican. Pues ha eso no se le puede llamar “Violaciones a los derechos humanos”…son simples daños colaterales.  Bueno, para justificar eso… primero hay que ser un humano, y de seguro que muy pocos logran, dicha categoría…y por tanto, que todo se vaya al mismísimo cuerno… ¿será el de África?    

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