miércoles, 19 de febrero de 2020

Tiempos pasados o realidad presente...


Tal vez fue un escrito a destiempo, pero parece que hoy es el tiempo propicio para recordar la visión de años pasados, se que tomó tiempo para que se convirtiera en una realidad, pero nunca es tarde cuando la esperanza vive en el corazón...

DESGARRADO
¡Hoy, se me desgarra el corazón!
¡Hoy, se me abre un hueco tan profundo que pareciera no tener fin!
¡Hoy, se me desgarra la ilusión!
¡Ay de mi Patria querida!
¡Cuánta desazón!
Yo que nací en las fauces del Sátrapa, fruto de una generación formada en medio de la polaridad ideológica más importante de la historia de la humanidad, teniendo como cuna la mochila del guerrillero, teniendo como sábana su chamarra, también como alimento su música y esperanza, y como aliento su convicción idealizada.
Hoy se me desgarra el alma por todo el trabajo echado a perder, que revolcó como manga de agua las vidas de los hombres y mujeres más valerosas y arrojadas, en un sacrificio casi olvidado.
La esperanza que fue pasado y futuro, hoy es lo que tenemos, ¡Dios! ¿Qué le hemos hecho a nuestra Patria amada? Perdónanos Patria porque éramos los supuestos sanadores de tus pústulas infestadas, agentes de la ventura que con nuestros conocimientos intelectuales prometíamos sanar tus heridas con la vergüenza como remedio. Pero hoy somos viejos incapaces y malolientes, no por los excrementos vertidos en nuestros pantalones sino por los alojados en nuestros cerebros, junto al putrefacto aliento de las carroñas engullidas.
¡Sí! Hoy me duele, mi Patria porque de ser mi novia, mi confidente, mi compañera de vida, te he convertido en mi prostituta, la que visto con mis mejores trajes de opulencia con adornos de corrupción, te calzo con la mejor impudicia, y flamantes interiores de concupiscencia desbordada.
¡Ay mi Patria querida! ¿Qué he hecho de ti?, la incompetencia y vulgaridad son mis mejores regalos y de oropeles te engalano, campeando la ignominia por la Mancha de un Quijote lastimado, mancha que al parecer será siempre la misma tal como pecado original manifestada. La mancha de ser una gran taberna, donde los filibusteros y bucaneros reposan al regreso de sus desmanes, haciendo historias y contando cuentos de sus barbaries y magnánimos desafueros, pero eso sí, siempre entre tragos y mujerzuelas, riendo todos a carcajadas, pero por supuesto con los mejores estofados, como lo hacen las hienas oportunistas ¡y lo peor de todo! a costillas del ‘pueblo’ que se las paga, y este ‘pueblo’ donde algunos se asquean, y muchos otro solo velan por las ventanas del siniestro establecimiento, que más que un café es una gran cueva de ratas, lo hacen esperando como perros hambrientos a que se les lancen los huesos sobrados; y esto no queda ahí, están siempre al acecho esperando que se arme el despelote, para recoger las sobras y embriagarse del perfume pestilente, esperando pronto, la próxima parranda.
Si es que lo entienden todos los cojuelos, a los hombres que se dice del blanco, que siempre meten la pata, a los que se dice ser del rojo, a quienes les conocemos sus secretos de maquillaje, que es solo barro para protegerse de los inmundos insectos que sus podridos pantanos procrean, y a los  de los espectros del lago, cobijados de moradas lilas florecidas con adornos de estrellas, alusivas a las fracasadas boinas barbudas, todos confabulados en las sombras de intelectuales experto en el arte del forense y el descaro.
¡Por favor mi gente! no se dejen deslumbrar por las luces del ¨Broduey¨ y del ¨Nuevayoll¨ despiadados, es solo el ojo de la bestia disfrazada, mejor enfoquen sus rosas de los vientos al norte aislado, donde Montecristi dio luz a hombres cortos pero con braguetas largas, capaces de cargarse cinco estrellas a punta de machete y no de espadas lustradas. Pero ¡atención! el Máximo, honor no fue el de sus sangrientas batallas, sino el de no haber cobrado peaje o compensaciones adelantadas. Ese honor Máximo, que con vergüenza y pena lo lleva, el vecino liberado, marcando en reloj viejo reconstruido, de pasado, dejando la memoria máxima en su pueblo banilejo, y enterrado en el hastío.
¡Ahora entiendan esto de manera clara y para siempre!  No necesitamos la sangre de los hijos de esta tierra para exorcizar los truculentos males, ya que las muestras demuestran que cuando abonamos a la madre con los fluidos corporales solo se revuelcan las tumbas de los infiernos ancestrales pariendo de sus entrañas los engendros conocidos.
Solo es un mensaje para el viajero del futuro de las galaxias pasajeras, para que él pueda asimilar el reto; no permita que colinden jamás, la Máximo Gómez con la Ovando, y al igual que no la intercepte con a la Kennedy y George Washington, más elegante sería, Máximo Gómez con Luperón, cortando con Duarte en la cercanía, y ampliando la 27, hasta hacer desaparecer La Churchill de su cercanía. Y recuerden que no tenemos nada en contra de los nombres extranjeros, solo que cada uno se coloca y usa en el lugar correcto, pero jamás aduciendo a la “lambonería”…
No se sorprendan del todo, este tipo de náusea social se ha repetido en la historia como carrusel de caballitos, y eso solo pasa en los pueblos ricos y violentos, donde suman la inconsciencia de lo opulento, pero deben saber que los seres conscientes de la barbarie y por cierto los más productivos de la comarca, una vez se convirtieron en…
Monjes mendicantes sometidos a los votos de mayor pobreza, pero arropados por los principios de una moral atesorada en el hogar comunero, con una mística espiritual a prueba de hogueras. De esta manera lograron cortar el suministro de alimento al monstruo de mil cabezas, le cortaron el aliento hasta la caída de la existencia de la bestia nefasta. También recuerden siempre que ésta bestia alienígena retornó de la tumba, porque fue alimentada con la gran manzana.

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